El Gobierno israelí aprobó a última hora extender hasta el domingo el actual confinamiento nacional que debía terminar este viernes, por la alta morbilidad que no se ha reducido pese a un mes de estrictas restricciones y una avanzada campaña de vacunación.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cree que alto número de contagios diarios se debe a las nuevas cepas y aseguró que del 80% de la morbilidad en Israel procede de "la mutación británica".

La decisión se tomó por recomendación del Ministerio de Sanidad: "Hago un llamamiento a todos, incluso con la apertura gradual que comienza el domingo, a tener estricto cuidado de seguir las directivas", remarcó su titular, Yuli Edelstein.

A partir del domingo, comenzará una lenta apertura con la cancelación de alejarse a más de un kilómetro de la vivienda, la reactivación de los centros de trabajo que no reciben público y se permitirá la recogida de comida en restaurantes, que hasta ahora solo podían enviar a domicilio.

También se iniciará la apertura de reservas naturales, parques nacionales y lugares patrimoniales al aire libre.

Los ministerios de Educación y Sanidad concretarán en los próximos días la vuelta de la educación preescolar.

Netanyahu pidió a la población mayor de 50 años que acuda a vacunarse, tras detectar esta semana una ralentización de la campaña.

Más de 3,2 millones de personas han recibido la primera dosis y 1,9 la segunda pero los centros de vacunación han visto una disminución de la asistencia por lo que Israel abrió la campaña a todos los ciudadanos mayores de 16 años.

"Cuantas más personas se vacunen, con énfasis en el grupo de más de 50 años, más podremos abrir la economía de manera gradual, cautelosa y responsable", dijo ayer el primer ministro israelí.

Israel, de unos nueve millones de habitantes, registró este jueves de nuevo más de 7.300 casos en 24 horas y las muertes ascendieron a 4.947 desde el inicio de la pandemia.