La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este viernes que la Unión Europea (UE) debe "definir qué tareas" considera propias en el ámbito de la seguridad y la defensa, "en el marco de la ambición europea", con el objetivo de lograr la "soberanía".

En una rueda de prensa virtual conjunta con el presidente francés, Emmanuel Macron, tras el Consejo Franco-Alemán de Defensa y Seguridad, la canciller se refirió a la necesidad de consensuar la llamada 'Brújula estratégica' de la UE, un documento que establezca los riesgos potenciales del bloque, sus objetivos e intereses.

La finalidad de este informe, que se inició en la segunda mitad del año pasado y debería concluirse en la primera mitad de 2022, es también buscar el encaje de los esfuerzos europeos en estas áreas dentro de la actividad de la OTAN, indicó la canciller.

Merkel abogó por intensificar el diálogo con la nueva administración estadounidense liderada por el presidente Joe Biden, con quien dialogará "en primer lugar", y aplaudió el retorno de Washington a la diplomacia internacional. La canciller se comprometió en este sentido a "apoyar constructivamente" la conferencia de democracias propuesta por Biden durante su campaña.

Consideró además que es posible establecer una "política común" sobre la base del "sistema de valores común" entre la UE y EEUU, pero se mostró contraria a la conformación de bloques, con Washington liderando uno de ellos y Pekín el otro. "Para la UE es muy importante tener una política propia con respecto a China", afirmó Merkel, para señalar a continuación que la comunidad internacional precisa de Pekín para cuestiones como la lucha contra el cambio climático y el refuerzo del multilateralismo.

También se mostró a favor de mantener el diálogo con el presidente ruso, Vladímir Putin, pese a las "profundas diferencias", una persona que a su juicio es clave en cuestiones como Bielorrusia, Ucrania, Libia, Siria y desarme internacional. El contacto con Rusia en el ámbito "geoestratégico" es "necesario", subrayó la canciller, que acababa de criticar la decisión rusa de expulsar a varios diplomáticos europeos, entre ellos alemanes, por supuestamente participar en las protestas convocadas por el líder opositor ruso, Alexei Navalni, recientemente condenado a tres años y medio de cárcel.