Segundo jefe de estado francés condenado en los últimos 25 años. Nicolas Sarkozy afronta 3 años de prisión por corrupción y tráfico de influencias. De los cuales, sólo tendrá que cumplir uno y podrá hacerlo bajo vigilancia domiciliaria.El tribunal ha considerado probado el triángulo de corrupción formado por él, su abogado y un antiguo fiscal. Sarkozy habría usado su influencia para sobornar al magistrado para que presionara y le informara sobre una investigación en la que estaba involucrado. Aun así, el expresidente promete guerra y recurrirá la sentencia, lo que le vale para dejarla en suspenso por el momento. Pero las causas abiertas que todavía tiene pendientes oscurecen aún más la figura del que unificó a la derecha francesa. En marzo afronta otro juicio por los gastos de la campaña de 2012. Al que se le suma, también, la imputación por la posible financiación de la Libia de Muamar Gadafi.