La casa real británica se mostró este martes "entristecida" tras conocer el sufrimiento de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, y reconoció que los problemas que estos expusieron en su entrevista en la televisión estadounidense son "preocupantes, especialmente el del racismo".

    "Los asuntos planteados, especialmente el de la raza, son preocupantes. Aunque algunos recuerdos pueden variar, (estos problemas) son tomados muy en serio y serán tratados por la familia en privado", señala un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham. En la nota, la reina Isabel II asegura que toda la familia está "entristecida al conocer en toda su dimensión lo duros que han sido los últimos años para Enrique y Meghan".

    En el escueto mensaje real, que se esperaba con impaciencia tras las revelaciones de la explosiva entrevista con Oprah Winfrey emitida por la televisión estadounidense en la noche del domingo, se asegura que Enrique, Meghan y su hijo Archie "siempre serán miembros de la familia muy queridos". Según los medios británicos, ésta será la única reacción oficial procedente del Palacio de Buckingham a las palabras de los duques de Sussex.

    El Gobierno británico ha permanecido en silencio al respecto de las acusaciones vertidas en la entrevista, aunque la oposición laborista ha pedido una investigación sobre las "graves" denuncias de racismo en el seno de la Casa de los Windsor.

 Meghan relató a Winfrey cómo un miembro de la familia real inquirió sobre cuál sería el color de Archie cuando la duquesa (de origen birracial) estaba embarazada y Enrique confirmó que el racismo que sufrieron fue "en gran parte" la razón por la que ambos decidieron abandonar el Reino Unido.