Unión Cristiana, partido socio de la coalición en funciones de Países Bajos, descartó este sábado formar parte del futuro gobierno neerlandés si vuelve a estar liderado por Mark Rutte, después de que este liberal haya sido reprobado esta semana por una mayoría del Parlamento.

El líder del partido cristiano, Gert-Jan Segers, reconoció que la confianza en Rutte se ha "roto" tras el escándalo en el que se ha visto envuelto al tratar de convencer a los diputados de que no había mentido al negar primero, para reconocer después, que había propuesto dar un cargo al democristiano Pieter Omtzigt durante una de las reuniones exploratorias -fase en la que no se habla de cargos- para la formación del futuro gobierno.

"La verdad se gestiona de una forma que es muy problemática para nosotros. Eso fue la gota que colmó el vaso", dijo Segers, lamentando que la manera en la que se trata el contrapoder es "muy perjudicial para la cultura política" y señaló directamente a Rutte, sin descartar un futuro gobierno con el liberal VVD si no está liderado por él.

Segers reconoció que en la legislatura en funciones "hubo muchos momentos de buena cooperación" y que tiene "mucho aprecio personal" hacia Rutte, pero no lo ve como futuro primer ministro tras haber sido objeto de fuertes críticas de toda la Cámara, que votó a favor de la moción de reprobación.

Mencionar cargos, con nombres y apellidos, en una fase prematura, es saltarse el protocolo de búsqueda de aliados para una coalición y Rutte negó haber sido quien mencionó a Omtzigt, cuyo nombre aparecía en unas anotaciones filtradas de las primeras reuniones pero, cuando los documentos originales fueron compartidos con el Parlamento, salió a la luz que fue él quien propuso dar un cargo de ministro a Omtzigt.

El político liberal dijo entonces que "no mintió" intencionadamente a los diputados y a la prensa cuando le preguntaron por el asunto, sino que se "acordó mal" de lo que había dicho durante esas reuniones, pero la ultraderecha presentó una moción de censura al considerar que había mentido, mientras que los progresistas (D66) y Unión Cristiana (CDA) presentaron una moción de reprobación in extremis, que fue la única que logró apoyo suficiente.

Esta última moción fue una alternativa para reprobar su comportamiento, puesto que tiene menos peso político que la de censura, que podría haber fulminado su carrera política y le habría obligado a dimitir como primer ministro en funciones y como líder de los liberales.

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"Si hubiéramos apoyado la moción de censura el jueves, el caos político y social en tiempos de coronavirus hubieran sido incalculables. No podemos hacernos responsables de eso. Pero a largo plazo, nos gustaría contribuir a un cambio y una cultura política distinta, y eso también requiere un gestor diferente. Queremos ser parte de una nueva cultura con más transparencia", añadió Segers.

La próxima semana se nombrará a una nueva persona para tantear el terreno político, reunirse con los líderes y tratar de ver si es posible restaurar la confianza en Rutte como primer ministro aunque, si en este proceso se demuestra que el político liberal es un obstáculo, podría verse obligado a apartarse.