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Vacunación

La geopolítica que inocula el mundo

España es el 17º país con mayor tasa de dosis administradas de vacunas antiCOVID por cada 100 habitantes | Lideran Israel, Emiratos Árabes Unidos, Chile y Reino Unido

Alvarado, en el Arquivo Arqueolóxico Municipal de Ourense.

A principios de marzo, Israel abría restaurantes, bares y cafés para los poseedores de la 'tarjeta verde', la que certifica el haber recibido la vacuna contra la Covid-19. Entonces, alrededor del 40% de la población había recibido completamente la protección contra el nuevo coronavirus. Israel –que comenzó con la campaña en diciembre– lidera el ranking mundial de vacunación contra el SARS-CoV-2.

Según los últimos datos recogidos por Our World In Data (un proyecto estadístico de Global Change Lab con la colaboración de la Universidad de Oxford) en Israel han administrado 119 dosis de vacunas por cada 100 habitantes. Hay que recordar que algunas vacunas precisan dos inyecciones para alcanzar la cobertura.

Tras Israel, la lista de los mejores en la vacunación contra el nuevo coronavirus se completa con Emiratos Árabes Unidos (2º), Chile (3º), Reino Unido (4º) y Bután (5º) en los primeros puestos. Curiosamente, en los diez primeros puestos solo encontramos tres países de la Unión Europea: Malta (8º), Hungría (9º) y Serbia (10º). ¿Dónde se encuentra España? En el puesto número 17.

Puede parecer a simple vista una mala cifra pero al observar los que vienen detrás nos da una idea de lo complicada en términos de geopolítica, diplomacia y gestión sanitaria que está siendo esta campaña de vacunación. Con una tasa peor que España figuran Canadá, Bélgica, Alemania, Finlandia, Italia o Francia. Pero faltan los datos actualizados de China, que empezó con la vacunación mucho antes.

Cada estado ha desarrollado su estrategia en esta carrera. La web de 'The Times of Israel' y Channel 13 informaron de que el Gobierno de Israel había pagado a Pfizer más de un 40% el precio que abonaban Estados Unidos o la Unión Europea por las vacunas.

El politólogo y consultor estratégico con base en Bruselas (pero de origen gallego) David Alvarado recomienda no simplificar ni abandonarnos a las comparaciones maximalistas sin prestar atención a “particulares características, realidades y tendencias en cuanto al orden geopolítico, político, social, económico e incluso cultural”.

Dicho esto, agrega que “la geopolítica tiene mucho que ver” en la carrera de la vacunación. “En 2020 –recuerda– se habló de un concepto nuevo, que fue el de ‘geopolítica de las mascarillas’ y ‘de los equipos sanitarios’, y ahora ya hablamos de la ‘geopolítica de las vacunas’. Producir y disponer de vacunas, además de tener la capacidad para vacunar a amplias franjas de población de forma eficaz y rápida, se antoja una nueva variable en la capacidad de los estados de incidir en la escena internacional”.

El caso de Israel

En el caso de Israel recuerda que “deberíamos prestar atención a sus específicas características demográficas, con apenas nueve millones de habitantes, con una extensión muy pequeña, muy urbanizado, y con una densidad de población elevadísima y mayoritariamente joven”.

Alvarado señala que se trata de un estado que gasta más del 13% de su PIB en defensa y “la pandemia es una amenaza”, de ahí que la pueda afrontar “en mucha mejor disposición que cualquier otro país occidental”.

Pero este miembro del Igadi (Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional) se fija en otro elemento: la elevada tasa de vacunación contra el Covid ha tenido “un elevado grado propagandístico” denotando “una pretendida capacidad para hacer frente a cualquier tipo de amenaza”.

Realidad diferente se vive en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza, donde la campaña de vacunación es mínima. Los palestinos aseguran que Israel debe cooperar en la vacunación; pero el gobierno de Tel Aviv recuerda que la competencia en materia de salud es de las dos autoridades que rigen ambas zonas.

En cuanto a la hermandad de naciones, Alvarado incluye una reflexión nada esperanzadora: “la Covid-19 nos enseñó el mundo tal y como es, mostrando las disfuncionalidades de la supuesta gobernanza mundial, sin una auténtica estructura política global, sin instituciones ni un sistema internacional de referencia en caso de crisis”.

Si el primer puesto de Israel llama la atención, no es menos sorprendente que Emiratos Árabes Unidos sea el segundo con mejor tasa de vacunación contra el coronavirus en el mundo. El politólogo gallego señala que su situación “es también muy particular” aclarando que “se trata de una federación y el ritmo de vacunación es desigual entre sus partes componentes, que no reposa sobre un sistema público de salud, sino que este es eminentemente privado y, por tanto, dirigido a una parte de la población, incluyendo un elevado grado de discriminación”. Esta, apunta, llega a tal punto que no considera ciudadanos a “importantes contingentes de mano de obra inmigrante”.

La medalla de bronce para Chile en este podio también merece un análisis. Al respecto, David Alvarado puntualiza que “empezó a vacunar de forma temprana, se aprobaron de forma rápida la aplicación de hasta cuatro tipos de vacunas y estas fueron llegando de forma adecuada, siendo dispensadas, según un programa más o menos claro, definiendo las prioridades y grupos de población a privilegiar. Dicho esto, en estos momentos la diferencia entre grado de vacunación en Chile y en España no es significativo”.

Por último, el politólogo puntualiza que “Serbia y Hungría son casos muy particulares, sin una explicación sencilla en el corto plazo. Aun así, pronosticó que en el medio y largo plazo Alemania y Francia avanzarán posiciones y, en último término, existirá una cierta homogeneidad vacunal en todo el espacio comunitario”.

La "fisura" ¿irreversible? en la gobernanza global

La lucha por hacerse con las dosis de vacunas anti Covid ha producido y seguirá causando una reestructuración mundial, según prevén diversos expertos. El politólogo David Alvarado está convencido de que “se constata una importante fisura, quizás irreversible, en el sistema de gobernanza global, que ya tenía serios problemas antes de la pandemia debido a una pérdida de confianza generalizada”. Para él, “el regreso a la ley de la jungla” se ve favorecido por el auge y uso “indiscriminado de los medios de comunicación digital y redes sociales, fuente de desinformación y banalización, caldo de cultivo apropiado para las fake news, populismos y negacionismos de todo pelo”. Como resultado, este analista ve “la conversión del campo internacional” en una “feria de emociones que rompe con la racionalidad, conformando estados de opinión irreconciliables y abriendo la puerta a todo tipo de conflictos”. Para Alvarado, la interpretación de la contienda global contra el Covid no solo debe fijarse en la vacunación por sí sola, sino que debería incluir diferentes factores: “Por poner un burdo ejemplo, podríamos poner el acento en que un 9% de la población israelí ha padecido Covid-19 frente a un 7% de la población española”. Este experto, además, muestra una opinión abierta al debate: “¿Quiere esto decir que España lo ha hecho mejor en lo que a prevención y seguimiento de casos positivos se refiere? Puede que sí, y podríamos defenderlo argumentalmente, pero lo cierto es que la realidad es siempre mucho más confusa y las comparaciones así hechas solo sirven para caricaturizar situaciones complejas”. Por si pensábamos que solo en España lo veíamos negro, expone que reside parcialmente en Bruselas, moviéndose por diferentes lugares encontrando “en todos sitios los mismos debates que existen en España, los mismos reproches hacia los respectivos gobiernos y hacia la propia UE. Merkel no es la panacea, Francia se ahoga a pesar de haberlo intentado todo y en Bélgica están las fricciones entre estados federados...”.

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