Facebook, Instagram y Twitter estarían silenciando las protestas contra el violento desalojo de familias palestinas en el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este, por parte de la policía y los colonos israelíes. Así lo han denunciado un grupo formado por diversas organizaciones en defensa de los derechos humanos y digitales. “La escala de estas eliminaciones de contenido y suspensiones de cuentas informadas por los usuarios y documentadas por las organizaciones de derechos digitales es atroz y pronunciada”, exponen.

El intento de desahuciar a familias palestinas de sus hogares prendió, este viernes, el fuego de la protesta en Jerusalén. Cientos de palestinos se manifestaron en contra de esa decisión —denunciada también por múltiples organizaciones internacionales—, pero la dura represión de la policía ya ha causado más de 300 heridos, siete de los cuales estarían en condiciones críticas. Tras ese intento de acallar la protesta en las calles, las redes sociales se llenaron de imágenes documentando abusos policiales y la violencia de los colonos israelíes, desde la irrupción con gases lacrimógenos en la mezquita de Alaqsa, tercer lugar sagrado de la ciudad, al atropello de manifestantes.

Sin embargo, cientos de mensajes críticos con la violencia ejercida por los cuerpos de seguridad de Israel desaparecieron, lo que levantó las sospechas de los activistas. “El contenido eliminado y las cuentas suspendidas está documentando y denunciando las políticas israelíes de limpieza étnica, apartheid y persecución”, aseguran en un comunicado. “Estas violaciones no se limitan a los usuarios palestinos, sino que también afectan a activistas de todo el mundo que utilizan las redes sociales para crear conciencia sobre la grave situación en Sheikh Jarrah”.

La denuncia está documentada y firmada por 7amleh, Access Now, ARTICLE 19, Mnemonic, SMEX, INSMnetwork – Iraq, Pen Iraq, Electronic Frontier Foundation y el Instituto Tahrir de Políticas de Oriente Medio. Estas organizaciones han recopilado cientos de ejemplos de esa censura.

Facebook reconoce la supresión de contenido

Tras el creciente alud de críticas de ciudadanos palestinos y de activistas de todo el mundo, Facebook ha reconocido su papel en el silenciamiento de las protestas, pero sin aceptar responsabilidad alguna. “Nos enteramos que los hashtags (sobre la represión policial) estaban restringidos por error”, ha explicado un portavoz de la plataforma a ‘The National’.

Varios investigadores han documentado la supresión de contenido crítico con Israel, la suspensión de cuentas, el uso de etiquetas con advertencias gráficas sobre ese contenido y el bloqueo de retransmisiones de vídeo en directo desde el barrio de Sheikh Jarrah.

Facebook ha negado que su bloqueo de información sobre la protesta haya sido tras la intervención del gobierno ultraconservador de Benjamin Netanyahu. Entre 2016 y 2018 el número de peticiones de la unidad digital del ministerio de Justicia israelí —que monitoriza toda actividad palestina— para eliminar contenido de las redes se disparó un 600%, pasando de 2.241 peticiones a 14.283. Facebook ha aceptado un 90% de esas peticiones.

Justo hace un año Facebook fichó a la responsable de bloqueo de denuncias palestinas. Emi Palmor, directora general del ministerio de Justicia de Israel entre 2014 y 2019, forma parte de la junta de supervisión de la red social, que da consejos no vinculantes sobre la moderación de contenido.

A pesar de ese bloqueo, crecen las críticas internacionales a Israel por sus abusos contra la población palestina. "Israel no puede imponer su propio conjunto de leyes en el territorio ocupado para desalojar a los palestinos de sus hogares”, denunció en un comunicado el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. "El traslado de partes de la población civil de una potencia ocupante al territorio que ocupa puede constituir un crimen de guerra".

El Tribunal Supremo de Israel ha aplazado la audiencia prevista para este lunes en la que se tenía que decidir sobre el desalojo de esas familias palestinas. Las protestas por la represión siguen.