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Cadáveres de niños son arrastrados a una playa de Libia tras otro naufragio

Las imágenes recuerdan a las del pequeño Aylan Kurdi, símbolo del drama de la migración en el Mediterráneo

Cuerpo de un bebé en la playa OSCAR CAMPS (TWITTER)

Cuerpos sin vida de niños pequeños, bebés y mujeres en la playa de Zuwara (Libia). Son las imágenes desgarradoras que se hicieron públicas ayer a través de la ONG Open Arms y de la periodista especializada en Libia Nancy Porsia. La escena recuerda a la fotografía del niño Aylan Kurdi, cuyo cadáver fue encontrado en 2015 en la playa turca de Bordum.

Se trata del enésimo naufragio producido en el Mediterráneo central, cuyos cuerpos fueron arrastrados a la costa. Los niños salieron con sus padres en una de las pateras que partió hace días de la costa de Libia, según reconoció la agencia de la UE para las migraciones. Varios de los cuerpos estaban cubiertos por la arena después de días yaciendo en el suelo.

«Todavía estoy en ‘shock’ por el horror de la situación, niños pequeños y mujeres que solo tenían sueños y ambiciones por vivir. Llevan más de tres días abandonados en una playa de Zuwara, Libia. No le importan a nadie», escribió el fundador de la Open Arms, Oscar Camps, en su cuenta de Twitter.

La periodista Nancy Porsia explicó que los cuerpos fueron descubiertos este sábado en la playa, cuando fueron recogidos por militares, quienes les dieron sepultura en un cementerio.

De acuerdo con la agencia de la UE para las migraciones, un total de 743 personas han muerto en el Mediterráneo en lo que llevamos de año, la gran mayoría (638) frente a las costas de Libia. La agencia de la ONU para los refugiados (Acnur) habla de 20.000 personas ahogadas en el Mediterráneo en los últimos 5 años.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, fue el primero en reaccionar a las imágenes, que tachó de «inaceptables». La publicación de estas fotografías llegó el mismo día de la cumbre europea donde el presidente francés, Emmanuel Macron, discutió con sus homólogos europeos cómo administrar los flujos migratorios y los planes de estabilización para regiones como Libia o África Central «con la cooperación franco-italiana».

Una fosa común

Para Laura Lanuza, portavoz de Open Arms, «el Mediterráneo sigue siendo una fosa común, fruto de las políticas migratorias letales de la UE, una de ellas el acuerdo vigente que hay entre Italia y Libia», dijo en declaraciones a este periódico.

«Libia es un estado fallido donde no hay un gobierno, hay tres milicias luchando por el país, que está en guerra civil. Italia, con el dinero de la UE, les ha dotado de patrulleras y les ha pagado hasta el mantenimiento», apunta Lanuza. Además, denuncia que «no son ni guardacostas, son milicias con barcos de Salvamento que lo que hacen es capturar a las personas y devolverlas a un país que lleva años en guerra, algo que contradice toda la ley internacional».

La semana pasada, las autoridades tunecinas señalaron que más de una docena de personas murieron en un naufragio en sus costas, mientras en Abril otras 130 perdieron la vida cuando su barca volcó por una tormenta frente a las costas de Libia.

La imagen de Aylan se convirtió en un símbolo de los refugiados. Reuters

La tragedia que recuerda a Aylan

Se llamaba Aylan Kurdi, tenía tres años y viajaba junto a su hermano, su madre y su padre rumbo a Europa, el destino que persiguen por los miles de refugiados sirios que huyen cada día de la guerra y la persecución yihadista en su país. La imagen de su cuerpo sin vida en la orilla de una playa turca se convirtió en la fotografía que mejor define la tragedia de la crisis migratoria. Un drama que removió las conciencias de millones de europeos, que reclamaron en foros y redes sociales una mayor acción solidaria de sus gobiernos.

Aylan y su familia procedían de Kobane, un enclave sirio de mayoría kurda duramente atacado por el Estado Islámico entre finales de 2014 y 2015. Según los medios turcos, los cuatro miembros de la familia trataban de llegar a Alemania y establecerse allí. El diario canadiense ´National Post´ indicaba que los padres trataron de obtener asilo en Canadá por vínculos familiares, pero que esa posibilidad les fue denegada y tuvieron que arriesgarse a cruzar el Mediterráneo. Solamente su padre, Abdulla Kurdi, pudo ser rescatado con vida cuando el bote en el que viajaban naufragó en las costas de la Isla de Kos en Grecia. Abdulá rechazó posteriormente una propuesta de asilo del gobierno de Canadá para volver a Siria tras recibir los restos de sus familiares fallecidos en el naufragio.

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