Nadie esperaba sorpresas, y no las hubo. El Tribunal Municipal de Moscú ha aceptado este miércoles la demanda presentada por la Fiscalía de considerar al Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), el Fondo para la Defensa de los Derechos del Ciudadano y las oficinas regionales de representación del bloguero Alekséi Navalni como grupos "extremistas", una decisión que automáticamente coloca a estas organizaciones fuera de la ley. Con esta resolución judicial, Rusia equipara a la oenegé fundada por el bloguero encarcelado hace un decenio con el objetivo de prevenir el "robo de dinero público" con Estado Islámico o Al Qaeda.

Yevgueni Smírnov, uno de los siete juristas del denominado Grupo 29 que asumió este miércoles la defensa de FBK ante el juez, afirma telefónicamente a EL PERIÓDICO que el caso no se sostiene. "Para la fiscalía, no es importante presentar argumentos jurídicos; el único objetivo es cerrar FBK, aunque no existan razones", critica. "Han presentado 30 tomos de 250 páginas cada uno con hechos absurdos para construir un caso de la nada; ni siquiera ellos saben qué hacer", continúa. Aunque en el ordenamiento jurídico ruso existe también la posibilidad de calificar a una organización como "terrorista", en la práctica ambas categorías legales "son muy parecidas", concluye el jurista.

Verdadero maratón

La vista judicial de este miércoles se convirtió en un verdadero maratón, que se prolongó hasta bien entrada la noche pese a que el tribunal cerraba sus puertas a las 17.00 horas. Alrededor de las 20.00 de la noche, los abogados defensores pidieron hacer un receso para tomar comida y bebida, petición que fue denegada por el magistrado, y que fue respondida con una exigencia de recusación por parte de la defensa. "Parece como si hubiera una orden desde arriba de acabar hoy el proceso", ha escrito en Telegram el abogado defensor Valerii Betoshkin.