Alemania crecerá este y el próximo año, pero menos de lo previsto inicialmente. Es la previsión conjunta de los cinco institutos económicos más importantes del país, publicada este jueves en un estudio confeccionado por encargo del ministerio federal de Economía alemán. El IFO de Munich, el DIW de Berlín, elIfW de Kiel, el IWH de Halle y el RWI de Essen pronostican que la economía de la llamada locomotora europea crecerá un 2,4% en el 2020 y el doble en el 2021.

Los economistas consultados por el gobierno alemán corrigen así a la baja su primera estimación hecha publica la pasada primavera. En su informe de hace unos meses, proyectaron un crecimiento del 3,7% para el presente año y un 3,9 para el siguiente. La recuperación del impacto económico de la pandemia, por tanto, se retrasa. “Volveremos a alcanzar el nivel de antes de la crisis en el primer trimestre del 2022”, ha dicho Stefan Kooths, economista del IfW, en la presentación del informe en Berlín.

Problemas de suministro

La economía alemana se hundió un 4,6% el año pasado a causa de las restricciones ante la pandemia. Fue el peor retroceso desde el 2009, cuando Alemania, muy dependiente de sus exportaciones y del comercio global, vio cómo su economía caía casi un 6% a causa de las secuelas de la crisis financiera de hace más de una década.

La situación ahora es similar, aunque esté generada por una pandemia y no por una crisis de deuda: la economía mundial se recupera más lentamente de los previsto y ello afecta a las exportaciones alemanas, que suponen alrededor de la mitad de su PIB. A la recuperación renqueante del comercio global hay que sumar un nuevo factor destacado por los institutos económicos germanos: los problemas en las cadenas de suministros que lastran la producción industrial desde inicios del 2020.

“La progresión global en la industria manufacturera no se ha podido mantener a lo largo de este año, especialmente a causa de la falta de productos semielaborados”, apunta el informe sobre los cuellos de botella en las cadenas mundiales de suministro. “La falta de chips semiconductores es un factor limitador, especialmente en la industria automotriz. Y podría seguir siendo relevante por más tiempo, ya que los fabricantes de chips sólo pueden adaptar lentamente su capacidad de producción a la mayor demanda. Otros cuellos de botella, como por ejemplo los de materiales de construcción o de materias primas químicas, podrían, por el contrario, solucionarse más rápidamente”, apunta el informe.

Los economistas alemanes ven en la inflación otro elemento de tensión en la economía alemana. Los cinco institutos creen que el índice de precios cerrará 2021 con un aumento medio del 3%. El pasado septiembre, la inflación cerró en Alemania por encima del 4%, lo que encendió las alarmas en un país con pavor al aumento de los precios por cuestiones históricas – el periodo de hiperinflación sufrido en la década de los 20, antes de la llegada de los nazis al poder –.

Alemania se enfrenta ahora a su mayor inflación de los últimos 27 años. Los analistas creen que la tendencia irá reduciéndose poco a poco: esperan un aumento anual de los precios del 2,5% para el 2022 y del 1,7 para el 2023. Quitan, sin embargo, hierro al asunto advirtiendo que el actual avance de IPC se debe en parte a un reajuste debido a la eliminación temporal del IVA que introdujo el gobierno para aliviar a ciudadanos y empresas, y también a la bajada del coste de la gasolina o el gasoil a inicios de este año en medio de unas restricciones que redujeron el movimiento en coche y también los viajes.