En Rusia, regreso a la casilla de salida debido a la explosión de contagios y decesos por covid-19. Este miércoles, un año y medio después de que las autoridades rusas impusieran el primer periodo de "vacaciones retribuidas" para afrontar los embates iniciales de la crisis sanitaria, el presidente del país, Vladímir Putin, ha vuelto a dar su visto bueno a una medida idéntica, con el objetivo de frenar los inquietantes números pandémicos del país, que día tras día baten nuevos récords.

"Por supuesto, apoyo la propuesta de mantener una semana no laborable del 30 de octubre al 7 de noviembre", ha proclamado el líder del Kremlin. Durante este periodo de tiempo, los trabajadores continuarán recibiendo sus salarios, al igual que sucedió al inicio de la pandemia. La medida se aplicará en todo el territorio de la Federación Rusa, aunque es susceptible de ser ampliada en aquellas regiones donde la evolución sanitaria sea más negativa. "La situación epidemiológica se está desarrollando de forma muy diferente en cada región; debido a esta circunstancia, los líderes de las regiones tienen el derecho de imponer medidas adicionales", ha puntualizado el mandatario ruso

Baja vacunación

Putin, además, ha aprovechado la ocasión para empujar a la ciudadanía a vacunarse: "solo hay dos maneras de superar esta pandemia: enfermar o vacunarse". El bajo porcentaje de población que ha recibido la pauta completa del tratamiento médico, que ni siquiera supera el 35%, "es peligroso", ha concluido el presidente.

Con nuevas cifras récords registradas en las últimas 24 horas -34.073 contagios y 1.028 fallecimientos- Rusia afronta de nuevo días semanas difíciles. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, ha anunciado un periodo, de cuatro meses de duración, durante el cual se restringirá por completo el movimiento de los mayores de 60 años que no hayan recibido la inyección. Además, quiere obligar a todos los centros comerciales de la ciudad, donde los ciudadanos suelen pasear ahora que comienzan las inclemencias del otoño e invierno moscovita, a conectarse a un sistema de reconocimiento facial que permitirá identificar a aquellos que no lleven la máscara puesta.