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Entrevista

Catarina Martins, del Bloco de Esquerda portugués: "Vamos a pedir un pacto de legislatura después de las elecciones"

La líder de la formación de izquierdas portuguesa destaca los avances económicos y sociales logrados en Portugal entre 2015 y 2019 y apuesta por fijar objetivos a largo plazo con el Partido Socialista del primer ministro, António Costa

Catarina Martins.

La buena sintonía entre el Partido Socialista y el Bloco de Esquerda terminó tras las elecciones de 2019, cuando los socialistas rechazaron renovar el pacto de legislatura conocido como la ‘geringonça’, que llevó a Portugal a los cuatro años de mayor crecimiento económico en democracia. Desde entonces, las relaciones entre ambos partidos han sido cada vez más tensas, culminando en la convocatoria anticipada de elecciones para el próximo 30 de enero. A pesar de que las encuestas prevén una caída importante del BE, la coordinadora nacional del partido, Catarina Martins, rehúye hacer autocrítica e insiste en la necesidad de lograr un buen resultado electoral para imponer un acuerdo de legislatura al Gobierno socialista, en caso de que el partido del primer ministro, António Costa, revalide la victoria. A falta de dos semanas para los comicios, Martins atiende a EL PERIÓDICO, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este diario, y a otros medios extranjeros para valorar la situación política en el país.

¿Estarán dispuestos a negociar la misma propuesta de Presupuestos del Gobierno socialista, en caso de que vuelva a necesitar su apoyo tras las elecciones?

Después de las elecciones no vamos a negociar un Presupuesto, vamos a negociar un programa de Gobierno, como hicimos en 2015. El Partido Socialista tiene que abandonar la idea de una mayoría absoluta y buscar un acuerdo para toda la legislatura. Esa nos parece la mejor forma de responder al país. El BE no renunciará a la subida de los salarios, que en este momento son muy bajos, o a salvar el Servicio Nacional de Salud (SNS). Este impasse se puede resolver con la fuerza de los votos y nosotros mantenemos la misma determinación y disponibilidad.

¿Un Gobierno de coalición a la española no es factible en Portugal?

Por ahora el BE no ha tenido votos suficientes para entrar en el Gobierno. Con los 19 diputados del BE frente a los 108 del PS [la mayoría absoluta en el Parlamento son 116 escaños], el Gobierno de coalición hubiera caído en pocas semanas. En España se está trabajando en un acuerdo para la reforma laboral que aquí no se ha llegado a plantear porque el PS cerró la puerta a cualquier negociación con el BE en 2019. Y eso es inaceptable.  

¿Cómo explica el fracaso de los Presupuestos a un votante de izquierdas?

No fue el BE el que eligió que no hubiera acuerdo. El PS rechazó todas, no solo una, sino todas las propuestas que hicimos para los Presupuestos. Lo que se estaba planteando era aprobar las cuentas de 2022 sin nuestras propuestas y sabíamos que si no hacíamos nada para proteger el SNS hubiéramos perdido toda nuestra credibilidad, más allá de si era conveniente desde un punto de vista electoral a corto plazo. 

¿La figura de António Costa es un obstáculo para llegar a acuerdos?

No ocupo ni un segundo de mi tiempo en pensar en eso, espero poder negociar un acuerdo de legislatura con António Costa a partir del 31 de enero. La ‘geringonça’ fue una experiencia muy positiva para el país, no se trata de nombres sino de partidos. Estoy muy orgullosa del trabajo que hemos hecho estos años, incluso en las áreas en las que opinamos diferente y no hemos conseguido avanzar. Nosotros no nos metemos en la vida interna del PS, lo que cuenta para conseguir resultados es la fuerza de los votos. Hicimos un acuerdo con António Costa en 2015 y se cumplió hasta el final de la legislatura.

¿La extrema derecha ha quitado al BE la etiqueta de partido de protesta?

Es natural que cuando asumimos un apoyo gubernativo en el Parlamento haya personas que prefieran votar a los partidos que están al otro lado. Pero lo cierto es que el BE ha estado siempre en las luchas para ayudar a los sectores más precarios, que han quedado fuera de la capacidad de respuesta de los sindicatos. Todo lo que dice la extrema derecha son generalizaciones que no van a cambiar nunca nada. Existe una élite económica interesada en el crecimiento de estos partidos, que hablan de corrupción y que al mismo tiempo garantizan que todo siga igual.

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