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Guerra en Ucrania

Guerra de Ucrania: Refugiados de primera y de segunda

Expertos en derecho internacional advierten del "doble rasero" de la UE en la gestión de la crisis migratoria ucraniana con respecto a la siria en el 2015

Medio millón de refugiados abandonan Ucrania

Medio millón de refugiados abandonan Ucrania

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Medio millón de refugiados abandonan Ucrania Montse Martínez

Todos son víctimas de los mismos horrores universales que provoca una guerra pero no todos están siendo acogidos de la misma manera bajo el paraguas de Europa. ¿Por qué un refugiado de Ucrania sí merece todas las facilidades habidas y por haber para gozar de la protección inmediata de la Unión Europea (UE) y no así un refugiado sirio o afgano -entre otras muchas nacionalidades afectadas por conflictos bélicos-, condenado a permanecer en campos de refugiados en condiciones infrahumanas mientras tramitan la petición de asilo?

La guerra de Ucrania, con sus tres millones de refugiados en menos de un mes, el éxodo más rápido desde la segunda guerra mundial, ha puesto sobre la mesa una constatación que debaten especialistas en derechos humanos y legislación internacional así como miembros de las organizaciones no gubernamentales que asisten a las personas que han huido de su país a consecuencia de la guerra. "Doble rasero", "refugiados de primera y de segunda", "discriminación", "componente racista" son algunas de las contundentes conclusiones que plantean las fuentes consultadas.

Para entender la diferencia de trato a los refugiados ucranianos con respecto a refugiados de otras nacionalidades en crisis anteriores-diferencia en la que están de acuerdo los expertos- hay que partir de que UE ha aplicado, por primera vez en los 20 años de su existencia, la Directiva de Protección Temporal.

"Nuestra guerra, nuestros refugiados"

"Esta directiva se aprobó en el 2001 pero hasta ahora no se ha utilizado", explica Blanca Garcés, investigadora sénior del Barcelona Center for International Affairs (CIDOB). "Permite la protección temporal de forma colectiva, sin la evaluación individualizada de cada solicitud de asilo, por un periodo de hasta tres años", añade para pormenorizar que da derecho inmediato a trabajar y recibir educación y asistencia sanitaria, entre otros. "En términos de derecho al asilo, no se puede distinguir entre unos refugiados y otros. La discriminación de trato en función del origen y la nacionalidad hace mucho daño", sostiene la investigadora para, a renglón seguido, hacer hincapié en que la Convención de Ginebra sobre el Estatuto del Refugiado hace mención explícita a la prohibición de cualquier discriminación.

"Nunca antes la UE había tenido la percepción de estar frente a 'nuestra guerra' y 'nuestros refugiados'; unas personas próximas, europeas (aunque sin ser de la familia oficial), rubios, de clase media", plantea Garcés para entender "el doble rasero".

Desde la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), celebran la reacción de las autoridades europeas. "Es como tendría que ser siempre", argumenta María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España. Sin embargo, la gestión "positiva" de esta crisis ha puesto en seria evidencia a las "pésimas" actuaciones anteriores. La portavoz recuerda especialmente la crisis migratoria del 2015, cuando miles de refugiados de la guerra de Siria quedaron abandonados a su suerte en países limítrofes en campos de refugiados durante años.

"Esperamos que este paso positivo siente precedentes en la política migratoria del futuro", plantea María Jesús Vega para añadir: "Es necesario armonizar las políticas porque, por ejemplo, no hay aún un mecanismo claro para las personas que huyen de Libia, país en descomposición con un grado de violencia muy elevado.

Una posición común

El director de la oenegé Open Arms -especializada en salvamento de inmigrantes en el mar-, Oscar Camps, se pregunta por qué en numerosas ocasiones los inmigrantes rescatados en el Mediterráneo procedentes de Siria, Afganistán o África, permanecen en barcos esperando un atraque durante semanas después de jugarse la vida frente a las facilidades que está viendo en el caso de los ucranianos. "La igualdad que pregona el derecho internacional no es tal", argumenta Camps. En el caso de Ucrania, -añade-, "ha habido una campaña interesante y potente para transmitir una posición común, ampliada por los medios de comunicación".

Para la responsable de relaciones institucionales de Médicos Sin Fronteras (MSF), Raquel González, ha habido "un doble raseo" en el tratamiento de esta crisis migratoria con respecto a anteriores, dejando en evidencia que "parece hay refugiados de primera y de segunda".

"Los supuestos entre la guerra de Siria y Ucrania son idénticos en lo que a refugiados se refiere", plantea el catedrático del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, Javier de Lucas, que también ocupó la presidencia del Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR) para añadir: "La UE podía haber activado idéntica Directiva de Protección Temporal para los ciudadanos sirios y no lo hizo".

De Lucas no tiene miramientos a la hora de condenar la gestión migratoria de la UE. "Clama al cielo la discriminación" -dice- "pero no es de hoy este doble rasero e hipocresía con respecto al derecho internacional". "Puede hasta que haya un componente racista, aunque sea inconsciente", concluye el analista.

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