El argentino Diego Hernández Fusaro, que era el principal sospechoso del asesinato de la también argentina Evangelina Mariel Trotta el mes pasado en el balneario brasileño de Búzios, en el litoral de Río de Janeiro, fue hallado muerto en un hotel en el vecino estado de Espíritu Santo. Hernández Fusaro era buscado desde el pasado 22 de abril cuando las autoridades brasileñas encontraron el cuerpo de Trotta, su exesposa, de 48 años y con la que vivió mucho tiempo en Búzios, un conocido balneario que desde varias décadas tiene una importante colonia argentina y es uno de los sitios más visitados en Brasil por los turistas del país vecino.

El cuerpo del sospechoso del asesinato fue hallado dos días después del crimen en un hotel de Guaraparí, un balneario en el vecino estado de Espíritu Santo, en donde al parecer se suicidó con un arma de fuego, pero su identidad tan solo fue hecha pública este viernes, según las informaciones divulgadas por la Policía Civil. La División de Homicidios de la Policía Civil de Espíritu Santo comunicó esta semana a las autoridades de Río de Janeiro que el cuerpo hallado corresponde al del argentino contra el que ya había sido dictada una orden de detención como principal sospechoso del crimen. En el estacionamiento del hotel fue encontrado el vehículo de Trotta, que estaba desaparecido desde la muerte de la argentina, que residía desde hacía unos 20 años en Buzios.

Los responsables de la investigación del asesinato de la argentina concluyeron que se trató de un feminicidio y solicitaron la detención de Hernández Fusaro, que es padre de los tres hijos de Trotta, de 18, 15 y 13 años, y de la que estaba separado hacía un año y medio.

La mujer, que tenía una empresa de alquiler de buggys en Búzios, fue hallada muerta en su residencia tras haber recibido 18 puñaladas en diversas partes del cuerpo. La Policía trabajaba con la hipótesis de que la causa crimen fue la insatisfacción del excompañero con el divorcio solicitado por la empresaria argentina.