Algunos han dejado el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 en el pasado, o se esfuerzan por hacerlo y pasar página. Hay republicanos, conservadores y ultras que minimizan la importancia y la gravedad de lo que pasó, o siguen alimentando desacreditadas teorías conspiratorias sobre los hechos y las elecciones presidenciales que ganó Joe Biden, cuyos resultados debía certificar aquel día el Congreso. Para el comité especial de la Cámara Baja que investiga aquel ataque, no obstante, es vital no solo que los estadounidenses recuerden, sino que se depuren responsabilidades. 

Este jueves, en una vista pública rodeada de expectación y retransmitida en horario de máxima audiencia por prácticamente todas las televisiones generalistas y de cable del país (pero no por la conservadora FoxNews) el comité ha sido contundente: Aquel asalto, según ha denunciado Bennie Thompson, presidente del panel, “fue la culminación de un intento de golpe” y “Donald Trump estaba en el centro de esta conspiración”, incitando el asalto y la violencia con sus repetidas y desacreditadas acusaciones de un supuesto fraude electoral.

Proud Boys y Oath Keepers

“Básicamente el presidente de EEUU arengó a una masa de enemigos nacionales de la Constitución para marchar al Capitolio y subvertir la democracia estadounidense”, ha asegurado el congresista demócrata de Misisipí. También ha pedido a los estadounidenses que no se pierdan en jerga legal sobre conspiración sediciosa (por la que ya se ha imputado a supremacistas de los Proud Boys y de la milicia antigobierno Oath Keepers), obstrucción de un procedimiento oficial o conspiración para defraudar a EEUU y entiendan la base de lo que sucedió. “Fue un intento descarado de derrocar al Gobierno”, ha dicho. “La violencia no fue un accidente. Representaba el último cartucho de Trump, el intento más desesperado de intentar interrumpir la transferencia de poder”.

El esfuerzo del comité es demostrar con más que palabras esas acusaciones, que podrían llevar al Departamento de Justicia a tomar acciones o realizar imputaciones para las que el panel no tiene autoridad. Y para hacerlo han realizado en sus meses de trabajo cerca de mil entrevistas y han revisado alrededor de 140.000 documentos. Aunque periódicamente se han ido dando informaciones, las cinco vistas televisadas (que seguirán el lunes por la mañana y durante junio hasta otra a finales de mes de nuevo en horario de máximo audiencia) tienen la intención de presentar a la ciudadanía lo descubierto hasta ahora. También, de mantener viva la alerta ante el peligro de “una conspiración para desbaratar la voluntad del pueblo” que, según ha denunciado Thompson, “no ha acabado”.

“El presidente prendió la llama”

La sesión de este jueves ha cumplido con las expectativas, o al menos con la intención del comité de exponer con claridad los elementos que les llevan a señalar a Trump. Se han apoyado en vídeos, incluyendo uno de 10 minutos con material inédito, y testimonios, tanto en vivo de una policía que sufrió el asalto como del cineasta que grababa un documental sobre los Proud Boys aquel día. Y quien ha trazado el mapa de lo que se va a ir presentando ha sido Liz Cheney, vicepresidenta del comité y una de los dos republicanos entre los nueve miembros

“El presidente convocó a la masa, reunió a la masa y prendió la llama de este ataque”, ha denunciado la congresista, que también ha tenido un mensaje para sus compañeros de partido, que la han repudiado y castigado. “Llegará un día en que Donald Trump será historia, pero vuestra deshonra permanecerá”, les ha dicho ante su continuo respaldo a “la gran mentira”.

Este jueves los estadounidenses han podido ver, por ejemplo, al que fue fiscal general, William Barr, declarando ante los investigadores que en tres reuniones con Trump tras las elecciones le explicó que sus acusaciones de fraude no tenían ninguna base. “Le dije al presidente que era pura mierda”, testificó Barr, que aseguró que esas alegaciones eran “un sinsentido absoluto” y “una locura” y que con ellas estaba causando “gran daño al país”.

Ivanka Trump, durante la primera audiencia de la comisión que investiga el asalto al Capitolio. EFE

La 'confesión' de Ivanka Trump

Han podido ver también a Ivanka Trump, hija y asesora del republicano en la Casa Blanca, declarando ante los investigadores que su respeto a Barr le hizo aceptar que su padre había perdido las elecciones, así como a otros asesores que ratificaron para Trump que no había habido fraude. 

El público ha podido ver a Ivanka Trump declarando ante los investigadores que su respeto al fiscal le hizo aceptar que su padre había perdido las elecciones

Ha habido también revelaciones nuevas, como las que ha hecho Cheney de que al menos dos congresistas republicanos pidieron a la Casa Blanca en las semanas posteriores al ataque al Capitolio perdones presidenciales ante posibles imputaciones por haber estado involucrados en los intentos de revertir los resultados electorales.

Cheney ha insistido también en que durante el asalto Trump no hizo ninguna llamada ni al Departamento de Defensa o a agencias de seguridad nacional para tratar de acabar con la violencia, una acusación que ha ratificado un vídeo con testimonio que ofreció el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor de la Defensa, que también ha contado como la Casa Blanca presionó para “cambiar la narrativa” de que era el vicepresidente Mike Pence quien estaba realizando esas llamadas.

Violencia y respuesta de Trump

Cheney ha asegurado que, de hecho, el comité sabe que Trump celebró la violencia. “Cuando supo que los asaltantes estaban gritando ahorcad a Mike Pence el presidente respondió diciendo: quizá nuestros seguidores tienen la idea correcta. (Pence) Lo merece”.

Este jueves el exmandatario había redoblado su reto con un comunicado en el que ha asegurado: “El 6 de enero no fue solo una protesta, representó el mejor movimiento en la historia de nuestro país para hacer América grande de nuevo”.