Las protestas en Ecuador contra el alto costo de la vida y las políticas económicas del Gobierno del presidente Guillermo Lasso sumaron este jueves su tercera víctima mortal, según denunciaron las organizaciones de derechos humanos y el movimiento indígena, principal promotor de esta movilización.

El fallecido fue identificado por la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos de Ecuador como Henry Quezada, de 39 años, un hombre que pereció "debido a un trauma penetrante de tórax y abdomen por perdigones". En fotos difundidas en redes sociales se aprecia el cuerpo del hombre inerte en el suelo y con el torso desnudo, el mismo que presenta impactos aparentemente de una bala de goma y de un racimo de perdigones, así como una herida protuberante en la frente.

De acuerdo a las organizaciones de derechos humanos y al Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la muerte de Quezada se produjo durante los fuertes enfrentamientos que se sucedieron este jueves entre manifestantes y policías en el centro de Quito, durante la undécima jornada consecutiva de protestas. En estos sucesos, la Policía ha denunciado la utilización de armas de fuego por parte de manifestantes, al presentar en redes sociales un video supuestamente de los enfrentamientos acontecidos este jueves, en el que se aprecia a un grupo de personas proteger a otra mientras dispara una escopeta. "Manifestantes violentos usan y atacan con armas de fuego a Policía en la protesta social liderada por el movimiento indígena. Reiteramos que la Policía no utiliza armas letales para el control del orden público", sostuvo esta fuerza de seguridad en redes sociales.

El parque El Arbolito se tornó de nuevo en un escenario de batalla campal, como ya ocurriese en octubre de 2019, cuando otra ola de protestas también liderada por la Conaie contra la eliminación de los subsidios a los combustibles se saldó a nivel nacional con una decena de fallecidos y unos 1.500 heridos.

Manifestación disuelta

Allí se concentraron los altercados después de que la Policía disolviese con gases lacrimógenos una multitudinaria manifestación que llegó hasta los exteriores de la Asamblea Nacional (Parlamento) y en la que participó el mismo presidente de la Conaie, Leonidas Iza. En esa marcha, el líder indígena anunció su posición de seguir sin aceptar el diálogo convocado por diversas organizaciones sociales y religiosas, incluso después de que el Gobierno le concediese una de sus condiciones para sentarse a negociar, que era tener el acceso a Casa de la Cultura para instaurar una asamblea popular.

Las protestas iniciadas desde el lunes 13 de junio reclaman que se reduzcan y congelen los precios de los combustibles, que se controlen los precios de los productos esenciales, que no se privaticen empresas del Estado y que no se amplíen las concesiones petroleras y mineras en la Amazonía, entre otros puntos.

La muerte registrada este jueves es la tercera en cuatro días, después de que el lunes un joven manifestante cayese por la ladera de una montaña cuando presuntamente un contingente policial lanzaba gases lacrimógenos a un grupo de indígenas para impedirles entrar a Quito. El martes se registró la segunda víctima mortal durante los violentos sucesos acontecidos en Puyo, capital de la amazónica provincia de Pastaza, donde un joven perdió la vida por el impacto en la cabeza del lanzamiento de una bomba lacrimógena "a quemarropa"; según los indígenas, y por manipular explosivos, según la Policía. Además, el martes también se registró una muerte en la sureña provincia andina de Azuay durante una manifestación disuelta por la Policía que, según el ministro, los primeros exámenes practicados apuntan a "una muerte natural por hipotermia y cirrosis". Sin embargo, la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos reportó que la víctima, de unos 38 años, fue hallada con "signos de violencia en sus costillas" y rodeada de cargas de gases lacrimógenos utilizados contra los manifestantes.