La Fiscalía marroquí ha acusado a 28 de los migrantes adultos y un menor de edad detenidos el pasado viernes en el intento de cruce a Melilla a los que se ha abierto un procedimiento penal de tráfico ilegal de personas, violencia contra las fuerzas de seguridad y secuestro de un agente marroquí, entre otros delitos, según ha confirmado el abogado defensor. Los migrantes han negado todas estas acusaciones. La justicia marroquí ha decretado prisión provisional para todos y ha fijado el juicio para el 13 de julio. Los detenidos han estado este lunes más de seis horas en la Corte de Apelación de Nador, antes de salir en dos furgones dirección a la cárcel.

Uno de los acusados ha explicado que el día de la tragedia empezó a las 6 de la mañana. Unas mil personas salieron de una zona montañosa, próxima a la valla, dirección a la ciudad autónoma. Fueron dos horas de camino a pie y corriendo, ha relatado. “Cuando llegamos, la policía marroquí empezó a lanzar gases lacrimógenos y todos empezamos a correr hacia la puerta fronteriza”. Explica que algunos minutos más tarde perdió la consciencia y “no vi nada más”, concluye.

En el momento del intento de salto, explica, centenares de migrantes estaban acumulados en la ratonera que se convirtió el pasillo entre la frontera marroquí y española. Este joven hacía medio año que había llegado a Marruecos después de salir de Sudán, su país natal, y cruzar todo el Magreb hasta llegar a la ciudad marroquí de Oujda. Cinco días antes del intento de salto había viajado hasta Nador y esperó escondido en uno de los bosques que rodean Melilla junto a otros compatriotas y migrantes de África Occidental.

Reapertura poscovid

“Normalmente, los migrantes intentan saltar por la valla, no suelen entrar por esta puerta fronteriza de Barrio Chino”, relata una fuente sobre el terreno que prefiere que no se revele su identidad. Este acceso entre Marruecos y España estaba cerrado desde el inicio de la pandemia. Allí se vivieron los momentos más dramáticos y murieron al menos 23 migrantes, según las autoridades, aunque las oenegés consideran que al menos 37 perdieron la vida en la valla. Una cifra que las organizaciones humanitarias consideran que no es definitiva: “Nunca llegaremos a saber exactamente cuantos murieron”, apuntan.

Este testimonio sudanés explica que el grupo en que iba no tenían intención de atacar a los agentes, relata que usaron piedras y palos para intentar asustarlos. El resultado fueron violentos enfrentamientos y más de un centenar de heridos. “Es la primera vez que los migrantes atacan la frontera de esta manera violenta, vemos que es a causa de toda la violencia y de la vulneración de los derechos humanos, de los migrantes y de los demandantes de asilo durante estos últimos meses”, explica Amine Abidar, presidente de la Organización Marroquí por los Derechos Humanos en Nador. “Es a causa de esta política migratoria de España y Marruecos que hemos llegado a esta situación crítica”, lamenta.

"El gendarme de Europa"

“Marruecos juega un rol de gendarme para Europa. Está aplicando la violencia y la política contra de los derechos humanos de España y la Unión Europea”, lamenta el responsable de esta organización. “Hacía dos semanas que la policía realizaba redadas a diario y detenía a personas”, declara la misma fuente sobre el terreno. “La presión era muy grande y esto provocó que los migrantes decidieran intentar cruzar a Melilla”, defiende. Estas redadas han provocado el temor de muchos de los subsaharianos, especialmente desde el intento de salto. Varias organizaciones apuntan que gran parte de los migrantes han intentado abandonar la ciudad o siguen escondidos por miedo a nuevos arrestos. 

“Es la situación más difícil en la historia de la migración en Nador”, considera Abidar. Explica que todo es “muy triste y agotador”, relata que lleva tres días pegado al teléfono y con mucho estrés: “Vamos a hacer lo necesario por defender los derechos humanos”. Esta organización pro derechos humanos es la que ha publicado en redes la mayoría de los vídeos que muestran las decenas de personas, algunas sin vida, esparcidas sobre el asfalto a pocos metros de la valla española de Melilla. También es la que alertó el domingo que las autoridades habían abierto una veintena de fosas en el cementerio de la ciudad con la intención de enterrar a las víctimas. 

La Unión Africana pide una investigación

Los cuerpos de los migrantes fallecidos continúan en la morgue del hospital de Nador y por ahora no han sido enterrados. En este depósito se acumulan los cadáveres desde hace tres días. No dispone de sistemas de refrigeración y varias fuentes apuntan que el olor es insoportable. Hasta el momento las autoridades no han aclarado si se les ha realizado una autopsia o si va a abrir una investigación.

A las peticiones de decenas de oenegés para que esclarezca el motivo de su muerte y se investiguen los hechos, también se ha sumado la Unión Africana (UA). Moussa Faki Mahamat, presidente de la Comisión de este organismo, ha manifestado su "conmoción y preocupación" por lo que define de "trato violento y degradante de los migrantes africanos". "Pido una investigación inmediata sobre este asunto”, ha declarado el responsable, según un comunicado de la UA.