Portugal mantiene este viernes la alerta roja en el interior, en especial en el norte y centro, donde más de 2.000 efectivos combaten el fuego, alimentado por las altas temperaturas, el viento y la sequía.

El país amaneció con decenas de frentes activos, aunque el grueso de los medios de extinción se concentran en Leiria (centro), Viana do Castelo (norte) y la región de Oporto.

El Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA) mantiene la alerta roja en cinco distritos del interior pero recuerda que prácticamente todo el país presenta un peligro "máximo o muy elevado" de incendio rural.

Las llamas han devorado en la última semana más de 10.000 hectáreas de bosque, elevando a 30.000 las hectáreas perdidas desde enero, cifra que supera las 28.000 contabilizadas en conjunto durante todo 2021.

Según el IPMA, el país batió el martes un récord de temperaturas, con una máxima de 44 grados en Almeirim, unos cien kilómetros al norte de Lisboa.

El Gobierno ha extendido la declaración de estado de contingencia hasta el domingo ante las previsiones meteorológicas, que anuncian altas temperaturas y vientos durante el fin de semana.

El estado de contingencia, decretado el lunes y vigente inicialmente hasta este viernes, incluye la prohibición de quema de rastrojos, del uso de pirotecnia, de maquinaria y actividad en áreas forestales y el refuerzo de equipos de extinción.

Las autoridades apelan a la responsabilidad ciudadana para reducir los riesgos de incendios.

"Un pequeño descuido puede terminar en una enorme tragedia", ha insistido el primer ministro, el socialista António Costa.