“El camino hacia la recuperación ha empezado” para Salman Rushdie, el autor de ‘Los versos satánicos’ marcado desde hace 33 años por una fetua iraní que el viernes fue apuñalado 10 veces en un escenario por el joven estadounidense de raíces libanesas Hadi Matar, imputado por intento de asesinato.

El agente del escritor, Andrew Wylie, confirmó el sábado por la noche que el escritor de 75 años había sido desconectado del respirador y respira ya por sí solo y puede hablar. Aunque Wylie señaló que ese camino de recuperación “será largo” dada la “gravedad” de las heridas, aseguró también que “su estado va en la dirección adecuada”.

Este domingo la familia ha emitido también un comunicado, donde se ratifica que el sábado Rushdie dejó de recibir respiración asistida y oxígeno y pudo decir “unas palabras”. “Aunque las heridas son graves, su habitual sentido del humor desafiante y peleón sigue intacto", asegura el texto, compartido en las redes sociales por uno de los dos hijos de Rushdie, Zafar.

En ese texto se pide también “paciencia y privacidad” mientras la familia acompaña al autor, que sigue recibiendo “amplio tratamiento médico”.

Agresión brutal

Casi se podía sentir el respiro de alivio colectivo después de dos días en que había dominado el miedo sobre el futuro de Rushdie, víctima de una agresión que los testigos describieron como intensa, furiosa y rápida. Antes de ser aplacado por cinco hombres, Matar asestó al escritor 10 puñaladas: tres en el cuello, cuatro en el estómago, una en el pecho y una en el ojo derecho, que según dijo el viernes Wylie podría acabar perdiendo. También sufrió un corte en la pierna derecha.

Fue un ataque que, según denunció el fiscal del condado de Chautauqua Jason Schmidt el sábado en la primera comparecencia judicial de Matar, que se encuentra detenido sin posibilidad de quedar libre con fianza y se declaró inocente de los cargos, fue “no provocado y planificado”. El agresor dio pasos para ponerse en posición de dañar a Rushdie, según Schmidt, que aseguró que Matar había comprado un pase para asistir a la charla que el autor daba el viernes y llegó un día antes con una identificación falsa.

La onda expansiva de denuncia de su ataque a Rushdie, símbolo también de una cruzada contra la libertad de expresión, ha seguido creciendo en las últimas horas. El sábado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, emitieron un comunicado mostrándose “entristecidos” por el “ataque salvaje” y alabando al escritor indo-británico nacionalizado estadounidense por “su rechazo a ser intimidado o silenciado” y por encarnar “ideales esenciales y universales: verdad, valor, resiliencia y la capacidad de compartir ideas sin miedo. Estos son los cimientos de cualquier sociedad libre y abierta”, dijeron los Biden.