Con el referéndum de Crimea en la memoria Kremlin quiere repetir el modus operandi utilizado en 2014 en la península para engrandecer el territorio del país más grande del globo. Las diferentes regiones ocupadas por sus tropas en el este y el sur de Ucrania han anunciado este martes planes inmediatos para someter a votación su anexión a Rusia, una maniobra telegrafiada desde hace meses que llega en plena contraofensiva ucraniana y que podría ser la antesala de una escalada del conflicto. Los plebiscitos se contemplan en las provincias orientales de Lugansk Donetsk, así como las meridionales de Jersón Zaporiyia, esta última, solo parcialmente ocupada por las tropas rusas. Si nada se tuerce, se empezará a votar el 23 de septiembre y se acabará el 27 de ese mismo mes.

La potencial escalada militar no ha tardado en ser confirmada por el expresidente ruso, Dmitri Medvedev, quien ha presentado los plebiscitos como un ejercicio de "justicia histórica" para devolver a Rusia territorios que fueron parte integral de la Unión Soviética. "Invadir el territorio de Rusia es un crimen y si se comete, te permite utilizar todas las fuerzas de legítima defensa", afirmó el actual vicepresidente del Consejo de Seguridad. Medvedev añadió que, "con la integración de nuevos territorios" en Rusia, "la transformación geopolítica del mundo será irreversible".

Los anuncios han llegado de forma gradual. En Jersón ha sido el jefe de la administración civil-militar de la región, Vladímir Saldo, el encargado de airear los planes. “Habiendo considerado las peticiones de las organizaciones públicas y residentes de la región, los líderes de la administración de la región de Jersón han decidido celebrar un referéndum para incorporar la región a la Federación Rusa”, escribió en su canal de Telegram. Saldo dijo no tener dudas de que el Kremlin axceptará el resultado, un resultado que parece dar por hecho. "La región de Jersón será parte de Rusia, convirtiéndose en sujeto de pleno derecho del país”.

Desde la autodenominada República Popular de Donetsk, enclavada en el Donbás, el líder de las fuerzas separatistas, Dennis Pishilin, ha presentado el referéndum como un mecanismo para "restaurar la justicia histórica" para la población local. "Se han ganado el derecho a ser parte del gran país al que siempre consideraron como su madre patria", afirmó Pishilin. El desenlace de los referendos está llamado a no ser reconocido por el grueso de la comunidad internacional, como sucedió en su día con la anexión de Crimea. El ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, los ha descrito como "una farsa" y ha dicho que su país no renunciará a los territorios ocupados. "Ucrania tiene todo el derecho a liberar sus territorios y seguirá liberándolos independientemente de lo que Rusia tenga que decir", aseguró Kuleba

"Si usando su libertad de expresión, ellos –habitantes del Donbass– quieren formar parte de Rusia, les daremos nuestro apoyo. Y ellos deben comprender que esperamos que expresen su voluntad libremente", dijo, por su parte, el portavoz de la Duma rusa (Cámara baja), Vyacheslav Volodin, en declaraciones a la agencia TASS .

Apoyo desde el exterior        

Desde Lugansk, el embajador ruso en este Estado sin reconocimiento, Rodion Miroshnik, quitó importancia a la posición que puedan adoptar Occidente. "No nos interesa la actitud de los países occidentales nuestros procesos, porque ya lo ha manifestado en el campo de batalla", pero sí valoró el potencial respaldo de "los BRICS" (acrónimo de países emergentes, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Desde el Kremlin se reconoce la importancia de contar con apoyo fuera de sus fronteras. Con la anexión de Crimea, la comunidad internacional no reconoció estas votaciones como limpias y a día de hoy la mayor parte de estados del mundo consideran esta península como parte de Ucrania. Sin embargo, unos pocos países sí reconocieron su declaración de independencia y su posterior referéndum para pasar a formar parte de la Federación Rusa. Entre los estados que apoyaron a Moscú están una decena, entre ellos aliados como Bielorrusia, Nicaragua, Corea del Norte, Venezuela, Cuba y Siria, entre otros.

“La lógica detrás de estos (plebiscitos) sería integrar ilegalmente estos territorios para disuadir a Ucrania de atacarlos, ya que, desde el punto de vista ruso, significaría atacar a Rusia”, asegura el analista militar Denys Kolesnyk. Kolensnyk considera que ese supuesto "es ridículo puesto que el ejército ucraniano ya ha atacado la región rusa de Belgorod y nada cambió, ambos países mantienen un estado de guerra de facto”.