Los 27 líderes de la Unión Europea y de otros 17 países vecinos ya tienen nuevo espacio de cooperación en el continente: una plataforma de diálogo bautizada con el nombre de Comunidad Política Europea (EPC en sus siglas en inglés) que ha echado a andar este jueves en Praga con dos ausencias muy notables que evidencian el aislamiento absoluto que viven en el continente europeo: el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, convertidos en una especie de parias desde la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero. "Soy optimista porque el hecho de que los 44 países invitados hayan decidido participar es una señal", ha celebrado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, sobre un foro que aspira a reunirse dos veces al año para estrechar lazos con los países amigos y los menos amigos para reforzar la seguridad, la estabilidad y la prosperidad del continente europeo.

La idea de crear este nuevo espacio de diálogo fue lanzada el pasado 9 de mayo, coincidiendo con el Día de Europa, por el presidente francés, Emmanuel Macron, con la intención de acercar posturas con los países que no tienen cabida en la UE. El resto de líderes europeos avalaron la iniciativa en la cumbre europea de finales de junio y este jueves ha tenido lugar su sesión inaugural en la llamada sala española del Castillo de Praga, diseñada en su origen para exhibir las estatuas recopiladas por el emperador Rodolfo II. A la cita, organizada por la República Checa, que ocupa la presidencia semestral de la UE hasta diciembre, han acudido 44 jefes de Estado y de Gobierno: los 27 de la Unión Europea (salvo la primera ministra danesa, Mette Frederiksen), Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Georgia, Islandia, Kosovo, Liechtenstein, Moldavia, Montenegro, Macedonia del norte, Noruega, Serbia, Suiza, Turquía, Ucrania y Reino Unido.

Orban y las sanciones a Rusia

Aunque algunos de ellos también tienen rencillas bilaterales importantes -Grecia con Turquía, Serbia y Kosovo o Armenia y Azerbaiyán- los dos únicos dirigentes vecinos que se han quedado sin invitación han sido Putin y Lukashenko. "Todo el continente europeo está aquí excepto dos países: Rusia y Bielorrusia. Esto demuestra lo aislados que están", ha destacado el primer ministro belga, Alexander De Croo, que no se opone a la inclusión de otros países en el futuro siempre y cuando respeten los valores que defiende la UE: la liberal democracia y los derechos humanos. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha ido incluso más lejos. "Este encuentro es una forma de buscar un nuevo orden sin Rusia. No significa que queramos excluir a Rusia para siempre, pero esta Rusia, la Rusia de (Vladímir) Putin, no tiene sitio", ha zanjado. El único que ha mostrado sus simpatías hacia Moscú ha sido, una vez más, el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, que ha llamado a "repensar las erróneas políticas de sanciones de Bruselas" -aunque este miércoles dio luz verde al octavo paquete- porque no han dado resultados.

No todos los países que han acudido a la llamada europea tienen el mismo peso político, ni los mismos intereses ni los mismos valores, así que la reunión es más bien una especie de test sobre la capacidad de cooperación de 44 países muy diferentes de la que no se esperan resultados concretos. De hecho, no habrá ninguna declaración final tras la sesión conjunta de trabajo, en la que ha participado por videoconferencia el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, y las cuatro mesas de trabajo dedicadas a paz y seguridad, energía, clima y situación económica. La UE confía, no obstante, en que el encuentro permitirá activar una nueva dinámica de trabajo -está previsto dejar tiempo a los líderes para que mantengan reuniones bilaterales- con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, o la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, tras meses de desavenencias y afianzar la EPC a largo plazo con dos reuniones anuales.

"Construir intimidad"

"Hay que mostrar un mensaje de unidad y construir una intimidad estratégica de todos los europeos, sean o no miembros de la UE. El objetivo es compartir una misma lectura de la situación que afecta a nuestra Europa, elaborar una estrategia común y mantener una conversación estratégica que no existía hasta ahora y podía generar divisiones", ha explicado el promotor de la iniciativa, el presidente francés, Emmanuel Macron, que confía en que de Praga salgan proyectos comunes y el compromiso a reunirse cada seis meses. "Esta idea de una comunidad de valores que respeta la pluralidad, la democracia, el respeto de derechos humanos y el orden internacional basado en reglas es un primer examen y espero que podamos seguir en los próximos años consolidando este espacio intergubernamental", ha valorado el presidente español, Pedro Sánchez. El primer ministro de Albania, Edi Rama, ha llamado por su parte a no tener que esperar a "otra crisis" para repetir una reunión como la de Praga.