Pese a los aparentes avances y las buenas palabras, Turquía sigue manteniendo su veto actual a que Finlandia y Suecia —sobre todo Suecia— accedan a la OTAN. Así lo ha dado a entender este martes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que ha recibido al nuevo primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en la capital turca, Ankara.

“Como Suecia quiere entrar a la OTAN para estar más segura, nosotros queremos estar más seguros de que podemos contar con el apoyo de Suecia para luchar contra el terrorismo”, ha dicho Erdogan: “En nuestras negociaciones hemos extendido nuestras expectativas. Grupos terroristas abusan de la atmósfera democrática de Suecia, y esto tiene que ser evitado”. 

Suecia, Finlandia y Turquía firmaron en la cumbre de la OTAN en Madrid, en junio de este año, un memorándum trilateral en el que los dos países nórdicos se comprometían a varias acciones para ganarse el favor turco en su acceso a la alianza transatlántica —entre estas medidas, el levantamiento de sanciones contra el sector armamentístico turco, la creación de nueva legislación antiterrorista y deportaciones hacia Turquía de presuntos miembros de organizaciones terroristas—. 

En junio, Ankara accedió a que Estocolmo y Helsinki empezasen su proceso de adhesión a la OTAN. Éste, sin embargo, aún no ha sido completado: para que ello pase, todos los parlamentos de los países miembros tienen que ratificar la entrada de los nuevos miembros. Quedan dos: el de Hungría y el de Turquía

“Sabemos que nuestra entrada a la OTAN conlleva responsabilidades con nuestros aliados. Y Turquía es uno de los países más afectados por el terrorismo. Por esto quiero decirles a todos los turcos: Suecia cumplirá todos sus compromisos”, ha dicho Kristersson ante Erdogan.

Peticiones que cumplir

Para el gobierno turco, el compromiso que falta es —aunque no lo señalan abiertamente— la deportación hacia Turquía de supuestos miembros de la guerrilla kurdoturca del PKK y de la cofradía de Fetullah Gülen. Este último grupo no es considerado terrorista en Europa pero sí en Turquía. Ankara considera que Gülen fue el que estuvo detrás del intento de Golpe de Estado de julio de 2016. 

En junio, Turquía mandó una lista a Estocolmo con nombres de decenas de personas que Ankara quería que fuesen deportadas. Hasta la fecha, solo lo han sido cuatro. “Estas decisiones son siempre tomadas según la ley sueca, según marcan los tratados internacionales. Pero quiero insistir en que hemos cumplido con la gran mayoría del memorándum. Y estamos cumpliendo otros puntos. Hemos tomado grandes pasos en materia de legislación, y lo seguiremos haciendo en los próximos meses”, ha dicho el primer ministro sueco.

El veto, de momento, sigue en pie. Según los expertos, lo más probable es que así continúe hasta que lleguen las elecciones presidenciales en Turquía, en junio de 2023. “Después de nuestra conversación de hoy, creo que nuestro amigo Kristersson nos entiende. Tenemos las elecciones en junio. En nuestra preparación, tenemos que poder mostrarnos decididos ante nuestro pueblo”.