Balcanes occidentales

Kosovo y Serbia avanzan a trompicones hacia la normalización de sus relaciones

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, anuncia un acuerdo para implementar el proceso “de buena fe” pero Prístina acusa a Belgrado de evitar de nuevo firmar el pacto

alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, y el ministr de Defensa sueco, Pal Jonsson, este miércoles en Estocolmo.

alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, y el ministr de Defensa sueco, Pal Jonsson, este miércoles en Estocolmo. / EFE

Silvia Martínez

El último maratón negociador entre Kosovo y Serbia, con la mediación de la Unión Europea, ha culminado este domingo con un acuerdo para que ambos territorios implementen “de manera oportuna y de buena fe” el proceso de normalización de sus relaciones, según ha anunciado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. “Me complace anunciar que, finalmente, después de 12 horas, tenemos un trato. Tenemos un acuerdo sobre cómo hacerlo. (…) A menudo se dice que el diablo está en los detalles. Bueno, a veces el diablo está en el calendario”, ha explicado el político español tras los encuentros a dos y tres bandas con el presidente serbio Aleksander Vucic y el primer ministro kosovar, Albin Kurti, celebrados en la localidad de Ohrid (Macedonia del norte). 

Pese a los avances constatados por Borrell y la multiplicación de mensajes de felicitación de instituciones y gobiernos europeos, tanto Serbia como Kosovo siguen sin estampar su firma en los textos: ni en el acuerdo de normalización de relaciones de 11 puntos presentado en febrero por la Unión Europea ni el anexo de implementación negociado este fin de semana. “Para abrir el camino hacia la consecución de su objetivo estratégico de adhesión a la Unión Europea, Serbia y Kosovo deben normalizar sus relaciones. No hay manera de evitarlo. Y este acuerdo, y este anexo, que es parte integral del acuerdo, es un paso importante para hacerlo realidad. Seguiremos trabajando sin descanso hasta llegar a un acuerdo global sobre la normalización de sus relaciones”, ha explicado Borrell.

El documento, aceptado por ambas partes según el alto representante en la reunión del pasado 27 de febrero, establece que no podrán recurrir a la violencia para resolver sus disputas ni impedir la adhesión a la UE u a otro organismo internacional, una demanda clave para los kosovares. También prevé el reconocimiento de facto de documentos oficiales de ambos países, de viaje, placas de vehículos, diplomas o sellos de aduana, y de sus símbolos nacionales así como autogobierno en materia de educación, sanidad o economía para la minoría serbia de Kosovo a través de una asociación de municipios, una línea roja para Belgrado.

“Hemos llegado a un acuerdo público sobre un anexo que guiará la implementación del acuerdo básico”, ha celebrado ante la prensa el mandatario kosovar Albin Kurti. “La otra parte, exactamente como en la reunión anterior en Bruselas el 27 de febrero, ha evitado de firmar el acuerdo y ahora el anexo. Ahora depende de la Unión Europea encontrar un mecanismo para que este acuerdo sea vinculante legal e internacionalmente”, ha añadido culpando a Belgrado de negarse a aceptar firmar el plan. Su homólogo serbio se ha escuchado en que todavía quedan flecos por resolver aunque ha constatado avances. “Hemos dado un paso importante con un clima constructivo y comenzaremos a trabajar en algo. Por supuesto, no ha sido un día-D, pero fue un buen día”, ha declarado Aleksander Vucic.

"Negociaciones difíciles"

El propio Borrell ha reconocido que el diálogo y las negociaciones, lideradas su representante especial Miroslav Lajcák, han sido difíciles. “No quiero ocultarlo. No te quedas doce horas discutiendo por cosas fáciles” aunque ha destacado los avances logrados y el hecho de que, pese a la falta de firma, da por adoptados los acuerdos que se convertirán en parte integral de sus respectivos caminos hacia la UE. En primer lugar, Kosovo se ha comprometido a iniciar de inmediato negociaciones para garantizar un nivel adecuado de autogestión para el comunidad serbia en Kosovo y ambas partes respaldarán una declaración sobre personas desaparecidas. 

La propuesta inicial de Bruselas, según ha explicado el jefe de la diplomacia europea, era más ambiciosa y detallada pero no ha habido acuerdo. “Hicimos una serie de propuestas creativas tanto sobre la firma como sobre la sustancia, pero las partes no fueron capaces de encontrar una solución mutuamente aceptable tan ambiciosa como la que proponíamos”, ha explicado Borrell. En el caso de Kosovo no habría aceptado porque “carecía de flexibilidad en cuanto al fondo” y en el de Serbia “por cuestión de principios” aunque “está lista a implementar” el acuerdo, ha precisado el político europeo. Belgrado -lo mismo que cinco países de la UE incluida España- no reconoce la declaración unilateral de Kosovo que se autoproclamó independiente en 2008.

El siguiente paso ahora será la inclusión de los compromisos en el marco de negociación entre la UE y Serbia y en la agenda del grupo especial de normalización de Kosovo. “De esta forma, ambas partes quedarán vinculadas por el acuerdo que formará parte de su camino hacia la Unión Europea. Exigiremos enérgicamente a las partes que cumplan con sus obligaciones. No cumplir tendrá consecuencias”, ha advertido subrayando que la normalización llegará acompañada de “importantes beneficios” y de estabilidad para toda la región. “Este diálogo debe verse en el contexto geopolítico más amplio actual, como una herramienta importante para mantener la paz y la estabilidad en la región más amplia de los Balcanes Occidentales”, ha añadido. Borrell informará este lunes a los ministros de exteriores de la UE del resultado y a los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre de finales de semana.