Cruce de declaraciones

Tensión entre Biden y Netanyahu por la reforma judicial en Israel

El líder estadounidense afirma que el Estado hebreo "no puede continuar" avanzando con la revisión legal y su homólogo israelí le replica: "No tomo decisiones en base a presiones del exterior"

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, durante una reunión en la Kneset, este lunes.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, durante una reunión en la Kneset, este lunes. / Reuters

Andrea López-Tomàs

Joe Biden ha hablado y sus palabras no han gustado a Binyamín Netanyahu. El presidente de Estados Unidos ha dicho a Israel y a su primer ministro que "no puede continuar" avanzando con las polémicas reformas judiciales, ahora pospuestas pero que han provocado meses de disturbios. Las declaraciones del líder demócrata han tensado la cuerda de la relación entre ambos mandatarios. "Israel es un país soberano que toma sus decisiones por voluntad de su pueblo y no en base a presiones del exterior, incluso [aunque provengan] de los mejores amigos", ha respondido este miércoles el jefe del Ejecutivo de extrema derecha. 

"Como muchos fuertes partidarios de Israel, estoy muy preocupado", manifestó Biden este martes frente a un grupo de periodistas en Carolina del Norte. "Me preocupa que lo entiendan bien, no pueden continuar por este camino", añadió. El líder estadounidense consideró que "con suerte, el primer ministro [Netanyahu] actuará de manera que intente llegar a un compromiso genuino, pero eso está por ver". Estas declaraciones por parte del socio más fiel del Estado hebreo ponen de manifiesto lo tensa que está la situación. Además, Biden negó que Netanyahu haya sido invitado a la Casa Blanca, como han difundido algunos medios. Tampoco lo será "en el corto plazo", confirmó.

Netanyahu no ha tardado en responder a la desconfianza mostrada por su socio. "Conozco al presidente Biden desde hace más de 40 años y aprecio su compromiso de larga durada con Israel", ha expresado en Twitter. "La alianza entre Israel y Estados Unidos es inquebrantable y siempre supera los eventuales desencuentros entre nosotros", ha apuntado antes de añadir que sus decisiones no se toman por presiones externas. Su aliado Itamar Ben Gvir, polémico ministro de Seguridad Nacional, ha sido más directo. "No somos otra estrella en la bandera estadounidense; somos una democracia y espero que el presidente de EEUU lo entienda", ha declarado.

Negociaciones con la oposición

Tras una jornada de movilizaciones sin precedentes, Netanyahu empezó esta semana posponiendo el debate sobre la reforma judicial en la Kneset, el Parlamento israelí, hasta después del receso por el Pesaj, la Pascua judía. Este mismo martes ya se reunieron los equipos negociadores del Likud, el partido del primer ministro, y de las dos principales fuerzas de oposición, Yesh Atid y Unidad Nacional, liderados por Yair Lapid y Benny Gantz respectivamente. "Durante décadas Israel fue el aliado más cercano de EEUU, y el Gobierno más extremo de la historia del país lo ha estropeado en tres meses", ha tuiteado Lapid tras el intercambio de declaraciones entre Biden y Netanyahu. 

Este último vive uno de sus momentos más bajos de popularidad de los últimos meses. La coalición que dirige probablemente perdería las próximas elecciones si se celebraran hoy, según demuestran las encuestas realizadas por el Canal 12 de noticias de Israel y la emisora pública Kan publicadas el lunes. Los partidos de ultraortodoxos y de extrema derecha que gobiernan con Netanyahu sumarían entre 53 y 54 escaños. En cambio, la oposición podría alcanzar hasta un total de 61 diputados, al límite de la mayoría absoluta en una cámara con 120 asientos. 

Frente este panorama, está por ver si el primer ministro israelí escuchará la sugerencia de Biden de "alejarse" de la controvertida reforma judicial. "Mi Administración está comprometida con el fortalecimiento de la democracia mediante el restablecimiento del equilibrio adecuado entre los tres poderes del Estado, lo cual nos esforzamos por lograr a través de un amplio consenso", ha respondido Netanyahu. La grieta entre los históricos aliados parece hacerse más profunda.