Los Ángeles se plantea imponer un toque de queda para evitar saqueos en las zonas evacuadas por los incendios

Las autoridades de Los Ángeles no solo tienen que lidiar con las llamas. Desde que se iniciaron los incendios el pasado martes, se han reportado varios saqueos y la policía ha realizado arrestos de sospechosos en la viviendas evacuadas.

Con el objetivo de mantener la seguridad, se ha pedido el apoyo de la Guardia Nacional para cooperar en las labores de "control del tráfico y la protección de infraestructuras críticas", según explicó este jueves el sherif del condado de Los Ángeles, Robert Luna. Está previsto que se desplieguen al menos 400 miembros de la Guardia Nacional de California.

Asimismo, Luna informó de que están trabajando para implementar un toque de queda entre las 18.00 y las 6.00 en las áreas afectadas por los fuegos y donde ha sido ordenada la evacuación.

En Santa Mónica, ciudada vecina a Pacific Palisades, algunas áreas ya se encuentran bajo toque de queda.

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Al menos 20 personas han sido detenidos por posibles robos a las viviendas de estas zonas.

Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, advirtió que "habrá tolerancia cero para cualquiera que se atreva a entrar a las casas o saquear la propiedad de las personas o las estructuras que permanecen en pie".

Mala calidad de aire

Las autoridades también han pedido a los angelinos mantenerse en el interior de sus casas debido a que gran parte del condado sigue experimentando una pésima calidad de aire por el humo de los incendios.

La tarde de este jueves el índice de calidad del aire (AQI, en inglés), una medida federal de la cantidad de contaminación del aire, superó los 160, categoría considerada como "insalubre", según el regulador AirNow, un servicio del Gobierno estadounidense.

FOTOS | Los Ángeles, antes y después de los incendios

Las condiciones del aire han obligado a las escuelas y universidades a cancelar las clases por el resto de la semana en el condado con cerca de 10 millones de habitantes.

Las esperanzas de controlar las llamas se centran en que los vientos de Santa Ana, que llegaron a tener ráfagas de 160 kilómetros por hora la noche del martes, disminuyan y no sirvan de combustible para los incendios, pero las advertencias de bandeja roja se mantendrán hasta el viernes.