Guerra comercial

China crece un 5,4% en el primer trimestre, la mayor subida en año y medio, antes de la embestida arancelaria de Trump

El presidente chino, Xi Jinping, con el rey de Malasia, Sultan Ibrahim, este martes.

El presidente chino, Xi Jinping, con el rey de Malasia, Sultan Ibrahim, este martes. / AZALI ARIFFIN / AP

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

Pekín

China subió al ring en forma. Su economía creció al 5,4% en el primer trimestre, el mayor ritmo en año y medio y varias décimas por encima de los pronósticos. Es el último periodo ajeno a los criminales aranceles estadounidenses que morderán su economía, ha prevenido ya Pekín, pero es preferible pelear con vigor que alicaído.

Ese 5,4% permitiría, en un contexto razonable, adelantar que China alcanzará el crecimiento anual "alrededor del 5%" que fijó su Gobierno en la reciente Asamblea Nacional Popular. Cualquier previsión es quimérica con aranceles cruzados por encima del 100% y otros variados guantazos. Serán fatales, eso seguro, pero falta medir el daño. Sheing Laiyun, alto funcionario de la Oficina Nacional de Estadísticas, asumió este miércoles que este ecosistema "ejercerá ciertas presiones al comercio internacional y la economía" del país. Pero también descartó el naufragio: "Los cimientos económicos son estables, resistentes y con gran potencial, así que tenemos coraje, capacidad y confianza para lidiar con los retos externos y alcanzar los objetivos de desarrollo establecidos", ha defendido.

El pasado año cumplió China su objetivo por el sprint a finales de año de las exportaciones. Ese motor se presume ahora gripado tras sus últimos estertores. Son estos, de hecho, los que explican la lozanía del primer trimestre: la fábrica global apresuró sus envíos a Estados Unidos antes de que entraran en vigor los gravámenes. El éxito económico chino pasa, esta vez sí, por aumentar el autoconsumo. Durante más de una década ha pregonado el Gobierno que iba a relevar a las exportaciones como principal fuente de riqueza pero su plan se ha estrellado contra la secular pulsión ahorradora china. No han escaseado los estímulos fiscales y de variados tipos en los últimos años pero los expertos juzgan que Trump recomiendan otra vuelta de tuerca.

Búsqueda de nuevos mercados

Necesita China más autoconsumo y mercados más profundos. A lo último se emplea sin pausa la diplomacia china con su presidente a la cabeza. Hoy en Malasia, segunda etapa de su gira por el sudeste asiático, Xi Jinping ha buscado más aliados contra el unilateralismo y matonismo de Trump. La zona desbancó dos años atrás a la UE y Estados Unidos como el mayor destino de sus exportaciones. Hoy teme, al igual que Europa, que los productos chinos que iban a Estados Unidos les lleguen como un alud. No ocurrirá eso, ha prometido Xi.

La jornada ha dejado el sorprendente relevo de Wang Shouwen como jefe negociador de asuntos comerciales por Li Chenggang. Wang está bregado en mil batallas y ya lidió con Estados Unidos en la primera guerra comercial así que era previsible que repitiera su rol en las próximas negociaciones. Ese toro lo lidiará Li tan pronto Pekín y Washington den con la fórmula para citarse en la mesa sin que nadie quede como el derrotado del pulso. Las negociaciones serán una tarea homérica. En la anterior guerra comercial, con posturas mucho más cercanas a las actuales, fue necesaria una docena de rondas.

"Nadie ha engañado a EEUU"

Son días propicios para sumergirse en la prensa china. Es desdeñada a menudo como simple propaganda sin valor alguno pero sus editoriales son a menudo una didáctica exposición del argumentario de Pekín. Impiden, por ejemplo, la confusión global con la estrategia de Trump. Hoy le pide el diario 'China Daily' a Estados Unidos que "deje de lloriquear" porque nadie le "ha timado" en el comercio global. "El problema es que ha vivido por encima de sus posibilidades durante décadas. Consume más de lo que produce. Ha externalizado su producción y pedido dinero prestado para alcanzar unos estándares de vida más altos de los que su productividad le permitían. Nadie le ha engañado a Estados Unidos sino que se ha montado gratis en el tren de la globalización", razona el matutino.

En otro editorial, con parecida claridad, alerta a la UE de que su "estrategia de apaciguamiento" no rebajará la presión de Trump. Alude el matutino a la propuesta europea de "tarifas cero" que ya ha rechazado Washington con exigencias de compras adicionales energéticas de 350.000 millones de dólares anuales. "Ese movimiento hará felices a los gigantes energéticos de Estados Unidos, grandes donantes en las elecciones presidenciales, pero ha generado grandes críticas de expertos y grupos ecologistas por la dependencia europea de los combustibles fósiles estadounidenses", sostiene el diario.

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