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Acuerdo entre potencias

TikTok, el peón prescindible en la guerra comercial entre China y EEUU

A pesar de la cesión a las demandas de Washington, es probable que ByteDance conserve la fórmula mágica del algoritmo y Estados Unidos reciba un versión afeitada, más ligera y lenta

Logo de TikTok con banderas estadounidenses y chinas de fondo.

Logo de TikTok con banderas estadounidenses y chinas de fondo. / Algi Febri Sugita/ZUMA Press Wir / DPA

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

Pekín

TikTok, una aplicación que popularizaron los desacomplejados bailes de adolescentes, ha ocupado el centro de la guerra comercial entre las dos grandes potencias durante años. Hoy cuenta con 170 millones de fieles en Estados Unidos, la usa una de cada siete personas en el mundo y nadie duda de su influencia global. El desenlace ha llegado este viernes en la conversación telefónica que han mantenido Donald Trump, presidente estadounidense, y Xi Jinping, su homólogo chino.

Joe Biden, antecesor de Trump, desató la tormenta al obligar a la matriz, la tecnológica pequinesa Bytedance, a desembarazarse de su negocio en Estados Unidos citando los supuestos riesgos para la seguridad nacional. De lo contrario, sería expulsada. La ley catalizó una ola de protestas de los usuarios estadounidenses ante su inminente orfandad. Peor aún se lo tomó China: habló de prácticas corsarias y de robos a plena luz del día. Esa venta forzada, aclaró Pekín, nunca llegaría.

El escenario ha cambiado en los últimos meses. Trump, que ha reconocido que la movilización en Tiktok le ayudó a ganar las últimas elecciones, ha retrasado una y otra vez la fecha límite para la venta. Tras las negociaciones en Madrid de la semana pasada fue anunciado un esbozo de acuerdo que este viernes han sellado Trump y Xi por teléfono. Ha trascendido que la rama estadounidense de Tiktok será adquirida por un consorcio que incluye tecnológicas como Oracle e inversores como Andreessen Horowitz y Silver Lake. Ese acuerdo, que pocos meses atrás parecía quimérico, ha despertado el júbilo. La prensa china lo ha saludado como una victoria para todos y Trump lo ha justificado como un regalo "para los chicos".

La reacción del presidente estadounidense es previsible. Salva un vehículo de comunicación que puede seguir exprimiendo en beneficio propio y venderá el acuerdo ante la audiencia interna como un triunfo sobre Pekín tras su oprobiosa y desesperada petición de tablas en la guerra arancelaria. El sorprendente giro de China y su alegría actual son más difíciles de comprender. La respuesta, opinan muchos analistas, reside en el mágico algoritmo de Tiktok que explica su adicción. Instagram, YouTube y muchos otros lo han intentado replicar pero han quedado muy lejos de esa precisión de cirujano para encadenar vídeos que grapan a los usuarios a la pantalla durante horas. Aunque el regulador chino ha sugerido que podría permitir a Bytedance ceder su licencia del algoritmo a compradores estadounidenses, pocos piensan que lo reciban en su totalidad. Equivaldría a matar a la gallina de los huevos de oro y allanaría el camino a otros competidores estadounidenses por el mercado global. Es mucho más probable que ByteDance conserve la fórmula y Estados Unidos reciba un versión afeitada, más ligera y lenta. Y para aplicar el acuerdo, en cualquier caso, serán necesarios meses. Hay dudas razonables sobre cómo se relacionará el Tiktok de propiedad estadounidense con el del resto del mundo que seguirá en manos de ByteDance.

Tiktok ha perdido peso con los años en el conjunto de las relaciones económicas bilaterales, coinciden muchos expertos. Una aplicación social es apenas una gota en el océano de los conflictos comerciales y es seguro que China sacará algo a cambio. En la mesa se amontonan los aranceles a los productos chinos (aún del 30%), el hastío estadounidense por el fentanilo o por las barreras de acceso en el mercado doméstico a sus operadores empresas. Y, aún más relevante, las restricciones a las exportaciones de tecnología estadounidense que China aún necesita para desarrollar industrias como la inteligencia artificial. Casualidad o no, este viernes se ha sabido que Trump echó atrás una partida de 400 millones de dólares en ayuda militar a Taiwán que incluía drones y municiones.

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