La próxima baronesa de Alcalalí, Soledad Ruiz de Lihory y Sempere, ha reclamado al Ministerio de Justicia que ejecute la sentencia que le ha devuelto el título nobiliario y expida la carta real de sucesión.

Soledad Ruiz de Lihory mostró ayer su satisfacción por el fallo y explicó que su hijo mayor ha sido la motivación que le ha llevado a pleitear por recuperar el título nobiliario que ha disfrutado su familia durante doscientos años.

En España hay 2.220 títulos nobiliarios. Soledad Ruiz de Lihory ha iniciado los trámites para que le reconozcan también los títulos de marquesa de Villasante y condesa de Val del Águila.

El Tribunal Supremo ha revocado los derechos genealógicos del título de barón de Alcalalí a Joaquín de Mosquera y Baldoví y se los ha devuelto a la familia que los ostentó entre los años 1766 y 1962.

La madre de la futura baronesa renunció al título y en 1966 se lo quedó Joaquín Manglano y Cucaló de Montull, que fue barón de Cárcer, primer alcalde de Valencia tras la Guerra Civil y padre del demandado.

Joaquín Manglano y Cucaló de Montull obtuvo en 1966 la carta real de sucesión, que legitimaba el título.

Martín de Oleza y Peris, abogado que ha ganado el caso y marido de Soledad Ruiz de Lihory, explicó que la madre de la próxima baronesa renunció al título porque, después de morir su madre, se quedó en una situación económica complicada. Tres años después pudo reclamar el título Joaquín Manglano y Cucaló de Montull.

Valor sentimental

El abogado de Soledad Ruiz de Lihory destacó que sentimentalmente era muy importante para la familia recuperar el título de barón porque ha estado ligado al apellido Ruiz de Lihory desde el año 1766.

Martín de Oleza ha puntualizado al respecto que económicamente no tiene ninguna contrapartida. Durante el Medievo la Baronía de Alcalalí pertenecía a un señor feudal que tenía jurisdicción civil y penal sobre su territorio e incluso potestad para condenar a muerte.

"Hoy en día los títulos nobiliarios son un derecho honorífico que no conlleva ningún privilegio. Antes iban acompañados con las tierras y las propiedades, pero esa situación acabó con las desamortizaciones realizadas durante los años 1820 y 1837", matizó Martín de Oleza.

Soledad Ruiz de Lihory declaró ayer en su casa de Valencia, rodeada de escudos de armas de su familia y de retratos de sus antepasados, que inició la reclamación hace una década porque "el título era parte de mi herencia. Va con mi apellido. En el futuro lo heredará mi hijo que ahora tiene 11 años".

Un orgullo

La futura baronesa incidió que en que es un orgullo haber recuperado "algo que era nuestro y que unos extraños se habían quedado. Mi madre me trasmitió la inquietud por recuperar el título".

Ruiz de Lihory aseguró que nunca dudó de que ganarían la demanda. "Mi marido ha estado tres años preparando el caso para su reclamación ante los tribunales de Justicia. Ahora puedo decir que en todo este proceso ha sufrido mucho más él que yo", precisó.

En Valencia viven unos cuarenta nobles que no mantienen una relación estrecha a pesar de que muchos de ellos de familias entroncadas.

Jurisprudencia

La Audiencia Provincial de Valencia falló a favor de Soledad Ruiz de Lihory porque la familia Manglano no había ostentado el título nobiliario de barón de Alcalalí de forma interrumpida durante cuarenta años, que es el plazo que establece la jurisprudencia para que se consoliden los derechos. Los magistrados de la Audiencia Provincial de Valencia analizaron durante el litigio los árboles genealógicos que aportaron las partes y llegaron a la conclusión de que la familia de los demandantes había ostentado el título durante doscientos años frente a poco más de treinta años de los demandados. Una circunstancia esencial en las disputas nobiliarias que, en este caso, ha determinado que el título vaya a parar a manos de Ruiz de Lihory.