Por las calles de Gata de Gorgos pasó en la madrugada del sábado al domingo la marabunta. La comisión de fiestas había organizado a partir de la medianoche una discomóvil en el patio cubierto de Les Escoles. Nada hacía presumir el rosario de incidentes que llegó después. La fiesta atrajo a una horda de gamberros. Los actos vandálicos se sucedieron en distintas calles del municipio. La policía local recibió numerosas llamadas de vecinos que se despertaron al escuchar el estropicio. En las calles Xàbia y Sant Vicent, los gamberros rompieron los espejos retrovisores de los coches aparcados. El ruido de los motores de los coches también desveló a los vecinos. La calle Sant Josep, que baja desde Les Escoles al puente nuevo (el pueblo queda al otro lado del río Gorgos), se convirtió en un circuito de peligrosas carreras de coches.

La policía local admitió en su web que la noche fue "muy atípica" y se produjeron "daños en propiedades municipales y en vehículos, peleas, carreras peligrosas e intento de provocar intencionadamente accidentes de tráfico". Los agentes no ponían excusas. Se disculpaban por "no haber ofrecido la calidad óptima en la resolución de todas las quejas".

Una de las acciones de más riesgo que protagonizaron estos gamberros fue la de intentar causar accidentes lanzado naranjas contra los automóviles que pasaban. La policía indicó que, "por suerte", no hubo que lamentar ningún siniestro.

"Cúmulo de circunstancias"

La policía local ha abierto una investigación. Mientras, la concejala de Seguridad, María Rosa Simó, explicó ayer a este diario que estos hechos llaman tanto la atención porque Gata "es un pueblo muy tranquilo y los vecinos no estamos acostumbrados a que ocurran actos vandálicos". Dijo que dos grupos de jóvenes que no eran de Gata se enzarzaron en una pelea. "Todo fue un cúmulo de circunstancias. No es normal que aquí ocurran estas cosas", insistió.

La concejala quiso desvincular la discomóvil, que organizaban los festeros de este año y el ayuntamiento, de los actos vandálicos. Recordó que todos los años se organiza este tipo de fiestas y nunca ocurre nada tan grave. Admitió, eso sí, que la discomóvil pudo atraer a alborotadores de otros pueblos.