El lecho del río Gorgos escondía una sorpresa para la brigada de cinco trabajadores que desde el 1 de agosto se está encargando de limpiar el río. Además de cañas, han encontrado, en un tramo de unos doscientos metros que va desde el puente de la carretera del Pla al de la Vía Augusta, unos 500 eucaliptos. Era un «bosque» incipiente que, dado la rapidez con la que crecen estos árboles, en poco tiempo podía haber limitado la capacidad de desagüe del río.

Los operarios, que pertenecen al plan social de empleo (ha permitido contratar a 30 trabajadores en paro), han talado los eucaliptos. Diez de ellos ya tenían varios metros de alto, mientras que el resto eran pequeños. Sí que se han dejado varios ejemplares que ya tienen un porte importante y que han crecido en uno de los extremos del cauce del río.

El «bosque» que ahora se ha talado había arraigado en el lecho del Gorgos, en un tramo próximo a la desembocadura. Las ramas y troncos, que la crecida del caudal podía haber arrancado, provocaban un gran riesgo.

El puente más próximo, el de la Vía Augusta no tiene vanos, por lo que es difícil que pueda obstruirse. Pero, a pocos metros, está el último puente del río, situado junto al mar, que sí presenta cuatro pilares y unas aperturas donde los troncos podían quedarse enganchados.

Árboles de rápido crecimiento

La proliferación de eucaliptos en el lecho del río ha causado sorpresa. Estos árboles han encontrado aquí las condiciones idóneas para arraigar y crecer. El Gorgos, aunque permanece seco la mayor parte del año, les ofrece un subsuelo húmedo. Estos árboles, además, crecen con gran rapidez.

La brigada que está limpiando el río está trabajando de lo lindo. Ha encontrado una selva de vegetación. Retirar las cañas y eucaliptos se hacía imprescindible para que el agua pudiera correr libremente por un río que experimenta crecidas violentas. Las lluvias torrenciales provocan que su caudal suba de golpe.