La industria juguetera que floreció en Dénia en la primera mitad del siglo XX no surgió de la nada. La crisis del comercio de la pasa forzó una suerte de reconversión. Los hermanos Ferchen, exportadores alemanes de la pasa, abrieron camino. En 1904 pusieron en marcha la primera fábrica juguetera, la Metalurgia Hispano-Alemana. Años después, la ciudad contaría con más de 40 factorías dedicadas al juguete y con cientos de talleres familiares.

Pero el origen de esa industria del juguete se remonta a hace mil años. Como ocurre siempre en Dénia, es la arqueología la que lo explica todo. Las excavaciones realizadas en los alfares de la medina árabe han revelado que en el siglo XI, en tiempos de la taifa, Daninya ya era un centro de producción de juguetes.

Y todavía hay otra coincidencia. El símbolo de la industria juguetera de Dénia fueron los caballitos (con ruedas o balancines) de madera y cartón. Pues bien, en el siglo XI también las figuras de caballos, pero de cerámica vidriada en verde, se convirtieron en el emblema de esos alfares árabes en los que los artesanos manufacturaban juguetes a menudo preciosistas. Los caballitos suelen estar enjaezados y sus gualdrapas se representan con detalle.

Patrice Cressier, que es investigador del CNERS de París, y el director del Museu Arqueològic de Dénia, Josep A. Gisbert, recuperaron hace unos días, en una de las conferencias del ciclo del milenio de la taifa de Dénia, esa historia casi desconocida de los juguetes de Madînat Daniya.

«Sí, el caballito también era el juguete más importante de la Dénia andalusí», explica a este diario Gisbert, que apunta que en los alfares del siglo XII y XIII de la medina árabe se manufacturaban otras figuritas zoomorfas e incluso se ha hallado un dromedario. Pero los caballos eran el juguete por antonomasia. «A veces es un caballito desnudo, pero otras sí presenta el atalaje y está representado con un nivel de precisión muy interesante».

La formación del caballero

El arqueólogo de Dénia indica también que algunos de esos caballitos llevaban jinete. «Sí, es bastante habitual. Además, ese juguete tiene mucho que ver con la formación del niño musulmán, que jugaba a la guerra y cuyo ideal era el caballero. No debemos olvidar que las grandes conquistas de Muyahid (el rey que fundó la taifa de Dénia) en Baleares y Cerdeña se llevaron a cabo trasladando allí un ejército de jinetes y caballos».

En aquella sociedad, las niñas también tenían sus juguetes. «Hemos hallado réplicas en pequeño de cerámicas de cocina. Es lo que luego se llamó "escuraeta". Hay jarritas, platos, anafes», señala Gisbert.

Estas piezas se han encontrado, sobre todo, en los alfares. A menudo son cerámicas fallidas que se desechan. También, sin embargo, se han descubierto en excavaciones de patios y viviendas de los siglos XII y XIII. «Ahora sabemos que Dénia fue hace ya un milenio un centro manufacturero de juguetes de cerámica que también se exportaban. Así pues, la taifa fue un predecesor de la industria del juguete que surgiría en Dénia en el siglo XX», concluye el arqueólogo.