La gran Amy Winehouse componía rasgando las cuerdas de una guitarra Bros. En el taller de Gata, lo descubrieron un poco de rebote. En un reportaje de Vanity Fair, Mitch, el padre de Amy, desveló que su hija compuso los temas de Back to black, álbum ganador de cinco Grammy, durante unas vacaciones en Alicante y con una guitarra adquirida en Guitarras Bros. En numerosas fotografías de la cantante, convertida en leyenda del soul, aparece tocando una de las guitarras clásicas de la empresa de Gata. También en su biografía oficial, titulada Amy, se alude a esa pasión de la artista por las guitarras Bros.
«Debió venir ella misma a comprarla, pero mi padre no se fijaba», explica Adam, quien, junto a sus hermanos Juan y David, lleva ahora el taller de lutería. Y son la tercera generación.
Lo fundaron en los años 50 sus abuelos, Francisco Broseta Rogla y Herminia Monroy. Francisco tenía mano para la ebanistería y oído para la música. Con 18 años, ya dominaba el oficio. Trabajaba en el taller de guitarras de Dolores Marín, en Xirivella. Allí se enamoró de Herminia, quien desde los 14 años estaba empleada en otra manufactura de guitarras, la de Hijos de Vicente Tatay. En 1974, se mudaron a Gata de Gorgos. Montaron un humilde taller en una casita de campo que se asoma al Montgó.
Su hijo Francisco revolucionó la empresa. Fue un visionario. Veía el alma de cada guitarra que creaba con su padre. Federico García Lorca también vislumbró el latido de estos instrumentos cuando escribió: «¡Oh guitarra!/ corazón malherido/ por cinco espadas».
Francisco decidió personalizar las guitarras. «Mi padre apostó por ese nuevo concepto hace unos 15 años. Y es el cambio que nos ha convertido en lo que ahora somos», subraya Adam.
Y también innovó con la arquitectura de las guitarras y con los materiales. Incorporó maderas nobles importadas de la India, Madagascar, Brasil o México.
Melendi echó un cable (sería más apropiado decir seis cuerdas). Le sedujo la idea de personalizar sus guitarras. Todas son Bros. Y tienen la boca en forma de hoja de marihuana.
«Mi padre y mi abuelo investigaron mucho el diseño y los materiales de las guitarras. Desarrollaron un abanico de varetas armónicas que es único. Hoy seguimos trabajando como lo hacían ellos», afirma Adam.
Y tanto. El taller no ha cambiado mucho. Está en la misma modesta casita que hace 44 años. «Seguimos utilizamos las mismas máquinas que construyeron mi padre y mi abuelo». Están calibradas para ahormar guitarras bellísimas.
Son, además, pura artesanía. Artesanía con duende. Antonio Rey, que es uno de los grandes talentos de la guitarra flamenca, está en la nómina de clientes de esta empresa de Gata junto a Alejandro Sanz, Raimundo Amador, Sabina, Diego el Cigala o Pablo Alborán. El actor Dwayne Johnson ha acudido al taller de Gata a comprar incluso cuerdas. Leo Messi, Dani Alves, Neymar y Pinto también le sacan sus acordes a una guitarra Bros.
«Estamos muy agradecidos a Pablo Motos. Nos encarga las guitarras que luego regala a sus invitados de ´El Hormiguero´», destaca Adam. Y sí. Ya las tienen estrellas de Hollywood como Tom Hanks o Russel Crowe. En un programa de esta semana, Motos le ha entregado una a la cantante francesa Carla Bruni.
El negocio va viento en popa, pero los hermanos echan mucho de menos a su padre, quien falleció hace ahora un año. «Cambio la filosofía del taller. Antes fabricábamos guitarras comerciales. Pero él decidió hacerlas personalizadas y de gran calidad».
Guitarras Bros tiene lista de espera. Los hermanos trabajan sin descanso. Tardan entre mes y medio y dos meses en dar forma a cada guitarra. Se han empapado de todas las técnicas que aprendieron de su abuelo y su padre. «Trabajamos exactamente igual. Todo es artesanal. Ellos dos investigaron mucho. Mi padre innovó con las bocas de las guitarras reducidas, que, en los directos, no acoplan. Nos dejó el camino abierto».
