22.000 años de evolución tecnológica median entre las pinturas y grabados hallados en la Cova del Comte de Pedreguer y el modelo informático en tres dimensiones que recrea hasta el recoveco más escondido de esta gruta. La séptima campaña de excavaciones ha arrancado ahora. Participan Ana Macarulla, de la Universitat de Barcelona, Silvia Monterrosa y Miquel Serra, de la Universitat de València, y Ferran Lloret, de la Uned. Retiran con minuciosidad extrema la tierra de un nivel que ya no está removido y que corresponde al periodo solutrense del paleolítico superior (es, por tanto, coetáneo del arte rupestre datado hace 22.000 años). Además, los arqueólogos han descubierto en este estrato una punta escotada de flecha, que es un avance lítico precisamente de la cultura solutrense. La tierra se criba luego con un cedazo. Los microhallazgos de fragmentos de hueso, moluscos o pequeños sílex aportan información valiosísima.

Pero, al mismo tiempo que ayer los arqueólogos excavaban, el investigador Marco Aurelio Esquembre terminaba de encajar el modelo informático en 3D que reconstruye la cavidad. La Cova del Comte es compleja. La amplia entrada se ha utilizado históricamente como aprisco. Luego hay un estrechísimo pasadizo (hay que acceder rectando). Lleva hasta la amplia galería interior, donde están los grabados de caballos y ciervos y las espirales.

Para el alzado en tres dimensiones se han encajado como en un puzle más de 4.000 fotografías. Permite recorrer a paso de ratón (el ratón del ordenador, claro) la intrincada gruta. Falta, sin embargo, completar el modelo en 3D con el tramo final de la cueva, apenas explorado.

La séptima campaña promete. No hay excavación en la que la Cova del Comte no desvele alguno de sus secretos. Es un santuario de arte paleolítico. Los arqueólogos han encontrado también arte mueble, plaquetas con pinturas y grabados. Los artistas prehistóricos aprovecharon las curvas de las rocas para dar volumen a las figuras que representaban. De ahí que tengan cualidad escultórica.

La investigación de este yacimiento la impulsa la Fundació Cirne de Xàbia y la patrocina el Ayuntamiento de Pedreguer. La Diputación de Alicante también ha concedido este año una subvención. La dirigen, además del citado Esquembre, los arqueólogo Pasqual Costa, Josep Casabó, Joaquim Bolufer y Joan de Déu Boronat. La cueva se asoma a un escarpado barranco. Desde antiguo ha sido refugio de pastores. Ahora es un yacimiento de trascendencia internacional.