El tiempo se detiene en los yacimientos arqueológicos. Pero lo de Banys de la Reina de Calp ya clamaba al cielo. El expediente para declararlo Bien de Interés Cultural (BIC) se inició en 1996. Ayer, por fin, llegó el día. El pleno del Consell aprobó el BIC de este excepcional yacimiento romano y también dio la misma protección a l´Illa del Portitxol de Xàbia.

La conselleria, al relanzar el expediente de Banys de la Reina en 2016, advirtió de que el urbanismo de Calp, al abrir viales para las torres de apartamentos, «destrozó gran parte del yacimiento, esencialmente su periferia y, en ocasiones, su zona nuclear». Se han hallado evidencias del vicus, de las termas y de los viveros excavados en la piedra tosca. Alcanzó su apogeo en el siglo II. La villa romana fue suntuosa. Así lo delatan los magníficos mosaicos de opus tessellatum y opus sectile.

La declaración de BIC debe allanar el camino para que el ayuntamiento adquiera los 15.016 metros cuadrados del yacimiento. Sus propietarios lograron que el Supremo reconociera sus derechos urbanísticos. Pero, claro está, no pueden materializarlos en un suelo con protección arqueológica. El gobierno local del PP ha planteado que la expropiación la paguen los propietarios del plan parcial del Saladar, a los que el ayuntamiento aumentaría la edificabilidad. El portavoz de Compromís per Calp, Ximo Perles, advirtió ayer de que la declaración de BIC permite involucrar a la Generalitat y al Estado. Estos terrenos podrían valer unos 9 millones de euros.

Mientras, l´Illa del Portitxol de Xàbia, que tiene una superficie de 7,8 hectáreas y está frente a la playa de la Barraca, es otro tesoro arqueológico. Hay evidencias de que estuvo ocupada en la prehistoria. Se han descubierto cerámicas fenicias y un pavimento de mármol y una basa de columna de época romana. Luego la isla se abandonó. No se volvió a habitar esta el periodo andalusí. Una familia de Xàbia se refugió aquí en la Guerra del Francés. Nació en la isla Cristòfol y a él y a sus descendientes (la estirpe llega hasta la actualidad) se les conoce con el apodo de «els de l´Illa». En este islote se llegó a cultivar moscatel . Y se hizo pasa. Se conservan, de hecho, tres sequers de pansa de sol y un horno de escaldar uva. L´Escaldà, un hito de la tradición agrícola de la Marina Alta, también ha logrado este año la declaración de BIC inmaterial.

El Portitxol es uno de los pocos tramos vírgenes del litoral valenciano. Su antiguo propietario, Guillermo Pons, fue un visionario de la ecología.