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Pedreguer redescubre su gran «catedral del agua»

Los vecinos podrán entrar después de 18 años, que fue la última vez que se vació, en el imponente depósito hipóstilo construido en 1887

El depósito cuenta con 24 pilares que sostienen arcos de medio punto y bóvedas de ladrillo. a. p. f.

La curiosidad de los vecinos de Pedreguer, su inquietud por conocer su cultura e historia, desborda los depósitos más enormes. Además, ha pasado mucho tiempo desde que entraron en su «monumento» sumergido. Nada menos que 18 años. Incluso el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago estuvo menos tiempo cerrado; su restauración duró 10 años.

Ahora los vecinos de Pedreguer redescubrirán su gran depósito del agua. Se terminó de construir en 1887. Se llenaba con el agua del manantial de l'Ombreta, que brota a los pies del Castell de l'Ocaive. Un acueducto llevaba el agua hasta el depósito, que abastecía las fuentes públicas. Luego se convirtió en fundamental en el suministro de agua potable. Ahora se llena con el agua de los pozos de Ocaive.

El interior del depósito es una suerte de «catedral del agua» formada por 24 pilares que sostienen arcos de medio punto y bóvedas rebajadas de ladrillo. La bóveda más alta alcanza los 6,9 metros.

Esta imponente obra de ingeniería hidráulica se pudo visitar por primera vez en 2001. En mayo de aquel año, el depósito se vació. Y emergió su gran sala interior hipóstila. Impresiona. Se accede por una estrecha puerta situada en la cara oeste de esta construcción rectangular de 38 metros de largo y 17 de ancho.

Luego hay que bajar por una pronunciada escalera. Cada peldaño es un sillar encastrado en la pared. Ya abajo da la sensación de estar dentro de una austera y monumental mezquita.

La débil luz que entra por las cinco pequeñas ventanas de la pared norte no rompe del todo la penumbra, pero sí permite vislumbrar la majestuosa sala de pilares y arcos.

Sí, ya han pasado 18 años desde ese redescubrimiento del depósito. Ahora la empresa de suministro de Pedreguer, Tecvasa, ha vuelto a vaciarlo y limpiarlo. En el suelo, se acumula barro. Esos trabajos ya se han terminado. Los operarios han utilizado agua a presión para dejar el suelo como una patena.

El ayuntamiento no podía desaprovechar la oportunidad. Programó visitas para los próximos lunes, martes y miércoles. Por la mañana, acudirán los alumnos de los colegios Trinquet y l'Alfàs. Y por las tardes, previa inscripción, entrarán los vecinos. Lo harán en grupos de 20. La visita dura media hora. Pero esas primeras plazas se han agotado en un santiamén. El consistorio ha ampliado las visitas al jueves. Ese día se harán diez turnos. En total, 380 vecinos podrán ahora asombrarse con esta maravilla de la ingeniería hidráulica.

Los historiadores Teresa Ballester, Pasqual Costa y Pepa Garcia, en el libro Pedreguer, memòria d'un poble, apuntaban que el depósito se terminó de construir el 17 de marzo de 1887, ya que está documentado que ese día los trabajadores pagaron una fiesta y la procesión del Crist del Calvari.

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