Scott Gordon lleva la cuenta de de todas las veces que ha pasado ya por quirófano. El lunes 30 de septiembre se sometió a su operación número 14. Scott disfrutaba de la bicicleta con su grupetta ciclista (todos deportistas de Xàbia) cuando una conductora ebria y drogada los arrolló en la N-332, en Oliva. Murieron tres de sus compañeros y él y Andrés Contreras quedaron gravemente heridos. Ocurrió el 7 de mayo de 2017.

Andrés y él sufren todavía terribles secuelas. Scott, de hecho, acudió a Pedro Cavadas, el cirujano milagro, para que le reconstruyera el fémur de la pierna izquierda. Cavadas lo operó por primera vez hace ya once meses. La última intervención ha sido la cuarta que le ha practicado el prestigioso cirujano. «Y espero que sea ya la última», dijo ayer este vecino de Xàbia.

El solo nombre de las técnica quirúrgicas ya denota que son extremadamente complejas. Cavadas le realizó una artoplastia en la rodilla y una distracción ósea en la tibia. «Este último procedimiento implicó la rotura de la tibia y el fémur de mi pierna izquierda. Me han colocado un fijador externo, que debo ajustar todos los días para estirar los huesos», explicó Scott.

El deportista acudió al cirujano para que le corrigiera que la pierna izquierda se le había quedado más corta que la otra. Sufría una acusada cojera que le provocaba dolores en todo el cuerpo.

Ahora cada día los huesos de la pierna deben crecer un milímetro. Esa extremidad se le ha quedado 57 mm más corta que la derecha. «Ha sido así por todas las cirugías en las que se me tuvo que extraer el hueso séptico muerto a causa de una infección», recordó ayer el paciente.

Llevará el fijador externo durante aproximadamente seis meses. En ese periodo, la pierna izquierda se igualará a la derecha y Scott podrá volver a caminar con normalidad. También podrá cumplir el sueño de subirse de nuevo en una bicicleta. Todos los meses que lleva de operaciones, rehabilitaciones y secuelas le han avivado el deseo de hacer deporte.

«Espero que todo evolucione bien y que ésta sea ya la última operación», apuntó Scott, que sabe por experiencia que hay que ser muy cautos y tener paciencia.

«Está siendo una batalla muy larga y difícil. Solo espero que éste sea ya el último obstáculo y que pueda, por fin, recuperar mi vida y volver al trabajo, practicar de nuevo los deportes que amo, subir en una bicicleta, correr y competir en triatlones», manifestó. Scott admitió que esta última convalecencia está resultando muy dura. «Tengo todavía mucho dolor. Desde que llegue del hospital no he podido salir de casa».

Que terminen las operaciones y se puedan hacer las periciales de las lesiones y secuelas sufridas por los supervivientes es clave para que se señale el juicio a la joven conductora que ese fatídico 7 de mayo de 2017 atropelló a los ciclistas de Xàbia, mató a tres de ellos y dejó heridos de extrema gravedad a Scott y Andrés.