El Pinar del Río ya es historia. Las empresas Ardentia Marine y Varadero Vinaròs, S. L., contratadas por la naviera Baleària para retirar el ferri que encalló en la bocana del puerto de Dénia el pasado 16 de agosto, ya han concluido lo que en el argot técnico se denomina «tareas de remoción». Han desguazado «in situ» el Pinar del Río, un buque botado en 1992 y que cuando embarrancó llevaba a bordo a 393 pasajeros. Ya no queda ni rastro del ferri. Incluso se ha desmontado la pontona (plataforma) flotante que se colocó para sacar los elementos más pesados (los motores), que estaban sumergidos. En la escollera todavía permanece una gran grúa y algunos contenedores. En los próximos días, también se retirarán.

Baleària ya anunció, al revelar que el buque ya no se iba a recuperar, sino que se iría sacando a secciones (a pedazos, vamos), que estos trabajos terminarían en noviembre. Los trozos del Pinar del Río se han ido llevando al puerto de Vinaròs. Parte de los motores se reciclarán. El resto se convertirá en chatarra.

El ferri, que navegaba con bandera de Chipre, embarrancó en la escollera norte del puerto dianense. Esa noche Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y los remolcadores de Baleària evacuaron a los 393 pasajeros. El capitán les informó por la megafonía de que había problemas y les pidió que se pusieran inmediatamente los chalecos salvavidas. Ningún pasajero resultó herido. Lo siguiente fue extraer todo el combustible. Dentro del buque quedaron atrapados 70 vehículos. La operación para sacarlos ya fue extremadamente difícil. La compañía colocó una gran grúa en la escollera y fue izando uno a uno los coches.

El ferri había sufrido graves daños en el casco. Pero luego llegó el temporal de la DANA o gota fría de septiembre y el estropicio fue ya catastrófico. El barco estaba fuertemente anclado a la escollera y eso evitó que se fuera a pique. Pero ya era irrecuperable. En esta escollera acabaron los días de navegación de este catamarán de pasajeros de tamaño medio (tenía 74 metros de eslora y 26 de manga) botado en 1992 en Montevideo (Uruguay) y que primero se llamó Patricia Olivia. Baleària, la compañía de Adolfo Utor, lo compró en 2007 a la naviera Buquebús España. Había operado en el Estrecho. La naviera de Dénia lo destinó a la línea Palma-Ibiza-Dénia.