El Ministerio de Fomento ha iniciado un nuevo periodo de información pública del estudio informativo del primer tramo del «tren de la costa» entre Cullera-Gandia y Dénia. Se trata un nuevo trámite administrativo que añade más demora a la dilatada planificación de esta reivindicada comunicación ferroviaria de las comarcas de la Safor y la Marina Alta.

Desde el punto de vista técnico, el estudio informativo del tren de la costa que vuelve a salir a información pública es el mismo que se publicó en julio de 2016. Aunque debido a la complejidad del proyecto, Fomento ha decidido solicitar la declaración de impacto ambiental «únicamente para el tramo Cullera-Gandia-Oliva-Dénia y no para la totalidad del estudio informativo presentado inicialmente», que se prolongaba hasta Benidorm y Alicante. Una decisión que Fomento justifica en el hecho de que «se trata de una línea de longitud importante que discurre por zonas con grandes condicionantes de tipo ambiental, urbanísticos y geográficos».

De esta manera, al solicitar al Ministerio de Transición Ecológica que formule la declaración de impacto ambiental de esta primera fase, se ha decidido dividir en dos expedientes distintos y en dos tramos la actuación a ejecutar, por sus diferentes tipologías.

De esta manera, un expediente incluye el tramo Cullera-Gandia «en el que la solución propuesta consiste en la duplicación de la vía existente», aunque con tramos delicados como la estación de Xeraco, donde la duplicación de la vía por el tramo soterrado resulta técnicamente complicado. El segundo expediente administrativo en que se ha subdividido el tren de la costa es el del tramo Gandia-Oliva-Dénia, «en el que se propone un nuevo trazado». Fomento advierte a los ayuntamientos afectados, en una carta que ha remitido esta semana a los municipios, que «las soluciones contempladas en ambos casos siguen siendo las mismas que las del documento original, ya que ésta partición del expediente corresponde únicamente a necesidades administrativas, no técnicas».

De hecho, la documentación de ambos expedientes mantiene el demoledor estudio de rentabilidad elaborado por la consultora TRN Ingeniería que consideraba «inviable» este proyecto. «El análisis de rentabilidad arroja resultados negativos en las dos fases objeto del expediente, tanto en la evaluación financiera como socioeconómica», aseguran los autores del análisis. Por ello advierte que «la demanda que captaría la futura infraestructura no es suficiente para compensar la inversión necesaria para ponerla en funcionamiento», asegura el estudio de rentabilidad del tramo Gandia-Dénia, que ha vuelto a salir a información pública.

A pesar de este nuevo jarro de agua fría sobre las reivindicaciones de comunicar por tren la Marina y la Safor, desde la Conselleria de Obras Públicas insisten en defender el proyecto a capa y espada. «Vamos a continuar reclamando esa infraestructura fundamental para la Comunidad Valenciana y demasiados años retrasada», aseguran fuentes de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad.

Desde el departamento que dirige Arcadi España aseguran que este nuevo retraso «nos preocupa, aunque desde el Ministerio de Fomento nos aseguran que no supondrá retrasos significativos del recorrido desde Cullera a Dénia». Obras Públicas añade, además, que aprovechará este nuevo periodo de información pública para «volver a alegar y mejorar el proyecto presentado por Fomento» además de «que se agilice al máximo su construcción».

El estudio informativo del tren de la costa y el estudio de viabilidad de la línea ferroviaria València-Alicante (Tren de la Costa) se adjudicó el 3 de diciembre de 2013 a la consultora TRN Ingeniería y planificación de infraestructuras SA. Una empresa con experiencia en la línea de alta velocidad Madrid-València ya que se encargó de redactar la integración del AVE en Albacete o la variante de Alpera, entre otros proyectos.

El diseño encargado para esta nueva conexión ferroviaria por el equipo de la entonces ministra de Fomento Ana Pastor se inspiraba en los estudios previos realizados en 2010 y en el protocolo del tren de la costa, suscrito en octubre de 2011 por la entonces consellera de Infraestructuras Isabel Bonig. Más que una línea de cercanías el nuevo proyecto estaba llamado a ser una vía rápida (con velocidades 160 a 200 km/h) que comunicara la comarca de la Safor con la Marina Alta y Baixa, para finalizar en Benidorm y Alicante, con costes que han ido creciendo desde los 1.070 a 1.300 millones de euros.