La alcaldesa de Calp, Ana Sala, del PP, desveló ayer una nueva incidencia en el transporte sanitario de urgencias. Dijo que un vecino sufrió el viernes un desmayo en un local comercial de la céntrica avenida Gabriel Miró. Se avisó al 112 a las 16.25 horas. Acudió la policía local y halló al hombre tirado en el suelo, consciente, pero débil. A las 17 horas llegó la ambulancia de la Cruz Roja. Sus sanitarios advirtieron de que el enfermo había sufrido una hipoglucemia. Pidieron al CICU (Centro de Información y Coordinación de Urgencias) trasladarlo al centro de salud de Calp. Pero no les autorizó, aseguró la alcaldesa, que leyó el parte policial.

El CICU indicó que había que esperar a que llegara la ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB), que es la dotación que la conselleria de Sanidad tiene asignada en el municipio. Llegó, apuntó Ana Sala, a las 17.15 horas y ya llevó al paciente al centro de salud. Por tanto, esta vez el enfermo tuvo que esperar 50 minutos hasta que lo trasladaron a urgencias y lo vio un médico.

La alcaldesa reveló este nuevo retraso antes de que se debatiera su propuesta de elevar a la conselleria de Sanidad la «situación de vulnerabilidad» que sufren los vecinos y visitantes y exigirle medidas para reforzar el transporte sanitario de urgencias.

La moción incluía dos aportaciones de Compromís: calcular el tiempo que tarda el SAMU de Benissa o las ambulancias de Dénia y Xàbia en llegar a una urgencia en Calp, e iniciar una reclamación por responsabilidad patrimonial contra la conselleria. La munícipe también planteó que todos los grupos votaran a favor de que se elevara a pleno un convenio «alegal» que se firmaría con la Cruz Roja o una firma de transporte sanitario para reforzar el servicio en Calp.

La propuesta salió adelante por unanimidad. No obstante, la oposición le reprochó a la munícipe que hiciera ruido con un problema que otros ayuntamientos, como Benidorm o Xàbia, han solucionado con convenios cuya legalidad nadie ha cuestionado.

El síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana, Ángel Luna, abrió la semana pasada una queja de oficio y solicitó un informe a la Conselleria de Sanidad sobre la crítica situación del servicio de ambulancias en la Marina Alta tras conocer los retrasos que se están produciendo en los transportes de urgencias en Calp.

La Policía Local de la localidad ha presentado una docena de partes en menos de un año, concretamente desde marzo, en los que evidencia los retrasos en la llegada de ambulancias para atender las urgencias.

Como informó este diario, el caso más grave fue el de un hombre alemán de 80 años, residente en Calp, que falleció tras esperar atención sanitaria durante dos horas. La vecina que lo atendió llegó a llamar en siete ocasiones para pedir una ambulancia pero cuando esta llegó, el anciano ya había fallecido.

Ocurrió el 7 de abril. Las horas de las llamadas están recogidas en el parte de la Policía Local. El agente apuntó que la tardanza de la dotación SVB que la conselleria de Sanidad tiene en Calp se repite «en muchas ocasiones». Advirtió de que las esperas son de «al menos 30 minutos» y «en multitud de ocasiones se envían dichas ambulancias desde Dénia». El policía aludió a la «contradicción» de que el CICU no envíe a la ambulancia de la Cruz Roja, «que está parada en su base y no tarda en ningún caso más de diez minutos».

Pese a la gravedad de este suceso, los retrasos en la llegada de las ambulancias siguieron produciéndose tal como evidenció la Policía Local en sus informes que reflejan las deficiencias en el transporte sanitario de Calp. Y es que el municipio se queda sin ambulancia cuando la única SVB acude a una urgencia o realiza un traslado al hospital de Dénia.