Marina se ha electrocutado en la Albufera de València. Es un duro golpe para el proyecto de reintroducción del águila pescadora en el Marjal de Pego-Oliva y en los acantilados del cabo de Sant Antoni. Hace unos meses Quillo murió también electrocutado en una torre eléctrica de Fez (Marruecos). Los tendidos eléctricos se han convertido en la principal amenaza de un proyecto, el de recuperar una especie que desapareció de la Marina Alta hace 38 años, tremendamente ilusionante.

Ahora todas las esperanzas están depositadas en las dos supervivientes, Lulú, la que al principio fue más veces rescatada (tuvo que ser ingresada en un centro veterinario tras la DANA de septiembre), y Luigi, el águila más viajera: en once días voló 1.600 kilómetros hasta Toulouse.

Marina, que fue la que al principio mostró mejor aptitud para el vuelo, se «estableció» en l'Albufera de València. Sus tres compañeras migraron al sur. Ella pasó el invierno en este humedal. Y ha fallecido precisamente al electrocutarse en una torre eléctrica de l'Albufera.

Mientras, Quillo se electrocutó en una torre eléctrica de Fez. Los técnicos de laConselleria de Medio Ambiente y del parque natural del Marjal temieron lo peor cuando comprobaron que su GPS no se movía. En la foto del satélite observaron que allí había un tendido de elevada peligrosidad. Ornitólogos marroquíes hallaron el dispositivo de localización a los pies de la torre eléctrica. Algún depredador devoró los restos del águila. Ya se sabía que la reintroducción no sería sencilla. El gran peligro está claro que son las torres eléctricas.