Las ballenas rorcuales son puntuales como un reloj. Ya hace semanas que iniciaron su migración hacia el sur desde el mar de Liguria. Y es ahora cuando más se arriman a tierra. El punto donde más cerca pasan de la costa es el cabo de Sant Antoni. Desde el pasado 26 de mayo, es decir, en menos de dos semanas, ya se han realizado en Dénia 14 citas de avistamientos de ballenas rorcuales ("Balaenoptera physalus"). Lo ha confirmado a este diario el técnico del servicio de guardacostas de Dénia, Toni Martínez, que ha destacado que uno de los avistamientos se efectuó ayer mismo desde el observatorio de cetáceos situado en la costa de les Rotes.

Los individuos avistados son ya unos 30. Las citas de avistamientos son de uno, dos, tres y cuatro ballenas. Esos 14 avistamientos corresponden a cuatro desde tierra, ocho desde embarcaciones y dos desde tablas de paddle surf.

Esa facilidad para echarle el ojo a las ballenas desde las playas constata que Dénia es un lugar excepcional para observar a estas impresionantes cetáceos, que son el segundo animal más grande del planeta tras la ballena azul.

Este hecho también desata el interés científico. El servicio de guardacostas lleva a cabo junto a expertos de la Universitat de València y de la conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica un proyecto de investigación y observación marina. Ayer realizaron una salida y un grupo de delfines mulares se acercó a la embarcación de guardacostas. Contemplar la elegancia con la que los delfines se deslizan en el mar siempre es un gozo. Además, se produjo el citado avistamiento desde el observatorio de les Rotes.

La costa de Dénia y Xàbia es una suerte de autopista de cetáceos. Es en mayo y junio cuando la surcan en dirección sur los majestuosos rorcuales.