De siempre, durante lustros, el litoral de Les Rotes en el sur de Dénia ha sido un paisaje codiciado: una sucesión de calas con espectaculares formaciones rocosas y un mar limpio ubicado en la reserva marítima del cabo de Sant Antoni que cada verano se ha erigido en el destino preferido de un gran número de turistas. Y este año, la cosa va igual: una vez levantado el estado de alarma y declarada la libre movilidad, Les Rotes, como otros puntos de la costa de la Marina Alta, ha acogido en muy poco tiempo a miles de visitantes deseosos por fin de ver el Mediterráneo después del duro confinamiento. Ahora bien, también este año, nada es lo mismo: las angostas dimensiones de estas calas obligó al Ayuntamiento de Dénia a reducir su aforo y autorizar, para una extensión costera próxima a los 7 kilómetros, a un número total de 399 bañistas simultáneos. Ni uno más. Así que ha pasado lo que tenía que pasar: que en los cinco días más álgidos de lo que va del verano, el servicio de Playas ha tenido que avisar de que el aforo de estas playas rocosas estaba completo y no podía dejar pasar a nadie más para evitar que se produjeran aglomeraciones de cierto riesgo que hacían imposible mantener las distancias de seguridad.
Así ocurrió el fin de semana del 20 y del 21 de junio, el primero en que pudieron venir turistas o segundos residentes procedentes de Valencia y después de otras comunidades; así volvió a acaecer el pasado día 24, festivo de San Juan; y otra vez este mismo pasado fin de semana. En todas las ocasiones, el Consistorio colgó este cartel de lleno completo en las primeras horas de la mañana. Es decir, que Les Rotes se llenan deprisa. Un tropel de bañistas madruga para acudir al paraíso.
El Ayuntamiento de Dénia avisa de esta situación a través de dos sistemas. En primer lugar, mediante un servicio de Whatsapp al que en apenas ocho días de junio se han apuntado ya más de 3.000 usuarios. Son tantos ha habido que habilitar otro canal, en este caso por Telegram, para evitar el colapso. El segundo método es presencial: a través de controladores, bien del servicio de Cruz Roja,de personal contratado por el municipio o del que enviará la Generalitat. Cuando se hayan incorporado todos, el litoral de Dénia tendrá un total de 62 controladores vigilando e informando a sus usuarios.
Tienen trabajo por delante. Han de vigilar Les Rotes cala por cala. Y cada una tiene un aforo distinto. Las más pequeñas apenas poseen capacidad para 8 ó 10 personas y en otras caben 80. Además han de convencer a aquellos bañistas que se han quedado sin sitio en la playa que habían elegido de que se han de buscar otra. Si se niegan, avisarán a la Policía Local. En los parajes más demandados, como Punta Negra, ya se han producido algunas concentraciones un tanto excesivas de bañistas.
