El Ayuntamiento de Xàbia no tiene competencia en el dominio público marítimo terrestre, pero sí puede avisar al servicio provincial de Costas (depende del ministerio para la Transición Ecológica) de situaciones de evidente peligro. Y así lo ha hecho. El inspector municipal ha realizado en estos últimos días un informe que advierte del peligro que existe en la franja de la finca de San Rafael (está en el litoral público de la Punta de l'Arenal) que el temporal Gloria, una piqueta implacable, liberó de muros y vallas. El informe incluye numerosas fotografías que muestran el deterioro de este litoral. Las antiguas balsas de la piscifactoría romana del siglo I, convertidas luego en suntuosas piscinas por Mariano Navarro Rubio, quien fue ministro de Economía durante la dictadura franquista, están repletas de escombros.
El concejal de Compromís Vicent Colomer preguntó en el último pleno al gobierno local, del PSPV, si se había abierto algún expediente para obligar a los titulares de la concesión de este tramo del dominio público marítimo terrestre (los herederos de Navarro Rubio) a arreglar la Punta de l'Arenal. Colomer advirtió de que esta costa «está muy peligrosa». También expresó sus dudas sobre si el chalé del ministro tiene condiciones para seguir habitado.
Varios tramos exteriores de la vivienda están, de hecho, apuntalados, se observa que algunos revestimientos exteriores de madera han caído y es evidente que el salitre va, poco a poco, deteriorando un chalé construido en 1960 y al que no se puede negar cierto mérito arquitectónico. La diseñó el arquitecto asturiano Fernando Martínez García-Ordóñez, autor en València de los proyectos del complejo comercial Nuevo Centro, del edificio de Lanas Aragón de la calle Colón o del grupo residencial Virgen del Carmen del Cabanyal.
La concejala de Urbanismo, Isabel Bolufer, desveló que el inspector municipal había realizado un informe sobre el estado de este litoral. Afirmó que el técnico precisaba que algunos de los pequeños puentes estaban a punto de desmoronarse. «Nosotros damos traslado a Costas, pero no podemos tirar ningún puente ni tocar una piedra», dijo la edil. El ayuntamiento, eso sí, ha vallado un paso de hormigón sobre uno de los canales que conectan la finca con el mar. Amenaza con venirse abajo.
