Los incívicos se hacen notar. Pero son muchos más los vecinos comprometidos con cuidar el medio ambiente y evitar que la basura manche tramos litorales tan bellos como el de la Cala Blanca de Xàbia. Los residentes de esta costa están hartos de tropezarse por las mañanas con la basura del botellón. También hay amigos que se han enrolado en esa tradición de Xàbia de cenar por las noches junto al mar. Algunos de los últimos llegados a esta sanísima costumbre no han entendido que una norma insoslayable es que hay que dejar la playa más limpia de lo que estaba.

El botellón se ha desplazado este verano a las playas. La Policía Local ha puesto 78 denuncias a jóvenes que han participado en botellones, 63 por consumir alcohol en la vía pública y otras 15 por armar bulla con los equipos de música de los coches.

Los vecinos de la Cala Blanca, hasta el gorro de que esta costa amaneciera con residuos tirados aquí y allá, han colocado letreros con un mensaje muy claro: «Si no vas a recoger, no vengas a beber».

El departamento municipal de Servicios lleva todo el verano lanzando llamamientos para que los vecinos se involucren en tener un pueblo más limpio. Y cabe destacar que la mayoría están comprometidos.

Mientras, en una pinada que atraviesa la carretera de Xàbia a Dénia, los residentes también han colgado letreros para pedir que no se tire basura desde los coches. La iniciativa ha surtido efecto. Las cunetas estaban antes aquí llenas de plásticos y otros desechos. También existía el peligro de que se tirase una colilla y esta masa forestal se prendiera fuego. Ahora la zona está mucho más aseada.

Lo de la basura arrojada en las cunetas es un problema de primera. Hay carreteras de la Marina Alta cuyos extremos están repletos de plásticos. Incluso viales que pasan por zonas de gran valor natural (la carretera de les Planes entre Dénia y Xàbia, por ejemplo) están salpicadas de residuos.