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"Estamos aterrorizados; los jabalíes entran cada noche y lo destrozan todo"

Los dueños de una finca de naranjos de Ondara avisan de que también corren peligro quienes hacen deporte en el carril bici: "Un día va a ocurrir una desgracia"

"Estamos aterrorizados; los jabalíes entran cada noche y lo destrozan todo"

Los dueños de una finca de naranjos de Ondara ya no saben qué hacer para espantar a los jabalíes. «Entran cada noche y lo destrozan todo», asegura la propietaria de estos terrenos, que lindan con la antigua carretera de Ondara a Dénia «Esa ropa que ves tirada en el suelo la colgamos y la rociamos con perfume. Pensábamos que así los jabalíes no entrarían. Pero no ha servido de nada», explicó.

La finca está repleta de agujeros. Los cerdos salvajes escarban. Rompen el riego por goteo. Sale el agua y se forman charcas en las que estos animales se revuelcan. «Se adueñan de los terrenos. Hay sobrepoblación y abundan en toda esta zona».

La zona a la que se refiere la dueña es la que está entre la Xara, Ondara y el Camí de Gandia, en Dénia, donde hace unas semanas un jabalí atacó en un huerto de naranjos a un hombre de 77 años, mientras que un año antes estos animales habían embestido y dejado malherida a su esposa, de 73.

Aquí hay numerosos terrenos agrícolas abandonados. Están repletos de maleza. También los barrancos están a tope de espesos zarzales.

La dueña de la finca de Ondara está convencida de que los jabalíes tienen sus madrigueras en el barranco del Pont de Fusta, que está a escasos metros. «Urge limpiarlo. Ahí crían y se mueven como quieren», reclama.

«Estamos aterrorizados. Los jabalíes arramblan con todo. Además, para entrar aquí, cruzan la carretera y ya ha habido accidentes incluso graves. También atraviesan el carril bici de Ondara. Un día va a ocurrir una desgracia», avisa la dueña.

El carril bici lo utilizan ciclistas y vecinos de Ondara que salen a pasear y a correr. En esta carretera y también en el Camí de Gandia, unos cuantos conductores ya se han llevado un buen susto con los jabalíes. Lo menos que puede pasar si se atropella a uno de estos robustos animales es que el coche sufra daños. A menudo se encuentran cerdos salvajes muertos en las cunetas.

Los dueños de la finca de cítricos advierten de que están hartos de arreglar los agujeros y de reparar el riego. «Llegamos a encontrarnos árboles torcidos. Estos bichos tienen mucha fuerza. Rompen hasta las piedras de las antiguas acequias». También subrayan que solo le falta a la agricultura que los animales salvajes arrasen los campos. «No podemos estar constantemente reparando y pagando el estropicio que hacen».

No son los primeros a los que los jabalíes les destrozan los cultivos. Francisco Ginestar, un agricultor de 75 años, ha perdido este año la cosecha de uva moscatel al devorarla en una noche estos animales. Tiene las cepas en la partida del Palmar de Dénia, que también está próxima al Camí de Gandia.

Estas últimas semanas vecinos de Pedreguer también han grabado videos de manadas de jabalíes y rayones corriendo a sus anchas en zonas urbanas próximas al parque del Patronato. Estos animales han ganado terreno durante el confinamiento y ahora no retroceden.

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