Una hija del imán egipcio detenido en 2017 en Teulada declaró ayer en el juicio que su hermano mayor mintió en la vista al implicar a su padre en actividades yihadistas y al acusarle de haberle enviado a Pakistán para formarse con terroristas que atentaron en Afganistán. La testigo añadió que días antes del juicio su hermano le envió un mensaje al móvil en el que exigía el pago de un millón de euros a la familia para no declarar contra su padre en el juicio.

La Audiencia Nacional celebró ayer la quinta sesión del juicio a Hesham F.M.Shashaa, Abu Adam, para quien la fiscal pide nueve años de prisión al acusarle de difundir y enaltecer el yihadismo en mezquitas y posibilitar en la provincia alicantina refugio, lugar de tránsito y una base de operaciones para combatientes retornados de Siria e Irak, que podrían atentar en España y otros países europeos.

En la sesión testificó una de los veintiséis hijos que el acusado tuvo con cuatro mujeres. La abogada defensora le recordó que el pasado miércoles su hermano mayor declaró que su padre le inculcaba que el terrorismo era bueno y que le envió a una universidad de terroristas a Pakistán.

La testigo relató que cuando vivían en Alemania sus padres viajaban mucho y decidieron enviar en 2009 a su hermano mayor con su tío en Pakistán para que estudiara allí, y negó que haya estado en una universidad de yihadistas ya que, además, sus tíos trabajaban en la Embajada de Arabia Saudí.

La testigo ha asegurado que tanto en Alemania como en España estaban perfectamente integrados en la sociedad y que su padre en ningún momento les radicalizó.

La mujer recordó que incluso en Alemania su padre colaboró con el Ministerio de Juventud y con una organización dedicada a evitar que jóvenes musulmanes se radicalizaran e incorporaran al yihadismo.

También declaró el chófer del acusado durante su estancia en Teulada y dijo que los tres jóvenes que Abu Adam llevó en 2014 desde Alemania hasta España no tenían ninguna relación con el terrorismo, sino que sus familiares le pidieron que se fueran con él ya que temían que pudieran ser radicalizados por imanes de otras mezquitas alemanas.

La dinámica seguida por el acusado consistía en visitar mezquitas de Teulada, Calp, Altea, Pedreguer, Gata de Gorgos, Almoradí y San Vicente del Raspeig, donde se presentaba como un importante imán y en las que extendía el ideario y el adoctrinamiento radical, según la Fiscalía.