Los primaverales días de invierno son irresistibles en la Marina Alta. No hay terrazas para tomarse el café, el cruasán y el aperitivo, pero los vecinos se las ingenian. El "café-murete" del paseo de la playa del Arenal de Xàbia va ganando adeptos. La cosa es sencilla. Algunos bares y cafeterías mantienen un resquicio de actividad. Sirven desayunos y comida para llevar. Los clientes se compran el café y, si es ya mediodía y se tercia, incluso la cerveza y se los toman sentados en el muro del paseo.

Hay distancia. De momento, los aficionados al "café-murete" no se apretujan. Pero si se observa que esta forma de mitigar un poco la añoranza de las terrazas va camino de convertirse en moda. El fin de semana el murete va a estar muy solicitado.

Vecinos que disfrutan del sol, el mar y el café y guardan escrupulosamente la distancia A. P. F.

Lo que salta a la vista es que los días que luce el sol la tentación de arrimarse a la playa es invencible. En estos tiempos sombríos de pandemia y bares cerrados, el "café-murete" con vistas al mar da un pelín de alegría.