Las obras de restauración de la iglesia gótica de Xàbia, dirigidas por el arquitecto Salvador Vila, se han tomado sus licencias y se han apartado de la «Licencia». Se han desviado de los mandamientos urbanísticos. El departamento de disciplina urbanística ha detectado que hasta cinco intervenciones no se ajustan al permiso otorgado por el ayuntamiento para la rehabilitación.

El consistorio ya ha citado a la parroquia, que es la promotora de las obras, para que explique por qué se ha cambiado el reloj de esfera por uno cuadrado y minimalista, se ha retirado el tejado de la sacristía y se ha creado una terraza con pretil o antepecho, se ha colocado una gárgola dislocada, se ha variado una típica reja que sobresalía o se ha habilitado una terraza plana en la fachada norte (en el triforio). Nada de esto figuraba en el proyecto original. El trámite de audiencia a la parroquia es previo a abrir expediente. La Iglesia se topa con la disciplina urbanística.

El antiguo reloj de esfera y el nuevo cuadrado y minimalista.

El informe en que se han detectado estas «dispensas» también se ha enviado a la Dirección General de Cultura y Patrimonio. Esta iglesia, una de las joyas del gótico valenciano, se declaró monumento nacional en 1931 y ahora es Bien de Interés Cultural (BIC).

El proyecto presentado para la licencia contemplaba que se repararía el antiguo reloj de esfera (lo destrozó una racha de viento del temporal Gloria) y se rescataría el perfil circular de metal oxidado. Que se haya colocado en el hueco de una antigua ventana un relojillo cuadrado y minimalista ha desatado una fuerte contestación entre los vecinos. Levantan la vista y no aciertan a descifrar la hora. El nuevo reloj no tiene números. El reloj cuadrado está encasquetado y parece más propio de una construcción civil que de un monumento religioso.