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L’Atzuvieta rinde tributo al gran medievalista Pierre Guichard

Arqueólogos e historiadores homenajean al hispanista que cambió la visión de al-Andalus

Los historiadores, en su homenaje. | A.P.F.

La lluvia repiquetea en los desmedrados muros del despoblado morisco de l’Atzuvieta, en la Vall d’Alcalà. La niebla desdibuja este paisaje de éxodo y silencio. El día, gris, melancólico, hace justicia a la trágica expulsión de los moriscos en 1609. El cielo enfurruñado también expresa el pesar por la pérdida del maestro. El pasado 6 de abril falleció, a los 81 años, el hispanista francés Pierre Guichard. Sus investigaciones y excavaciones (desarrolló varias de ellas en la Marina Alta) cambiaron la visión del mundo andalusí. Le sacudió las tinieblas de la historiografía nacionalista española.

El arqueólogo Josep A. Gisbert y el catedrático de Geografía de la Universitat de València Joan Mateu, junto a varios estudiantes de historia, acudieron el sábado (lluvioso sábado) a l’Atzuvieta a rendir homenaje al gran medievalista. Depositaron dos coronas trenzadas con laurel de la Safor y de Alcalà de la Jovada, territorios en los que la arqueología validó las teorías que Guichard ya formuló en 1976 en su revolucionaria obra «Al-Andalus. Estructura antropológica de una sociedad islámica en Occidente».

«Es un homenaje humilde, pero muy sentido. Todos admiramos a Pierre Guichard. Su aportación fue decisiva para entender el mundo andalusí», destacó Gisbert, quien conoció al hispanista francés en los años 80, cuando la Maison de l’Orient et de la Méditerranée, de la Universidad de Lyon, realizaba excavaciones en l’Almiserà de Pego, en la Vall de Gallinera, la Vall d’Ebo y la Vall d’Alcalá; excavaciones que dirigía Guichard. El medievalista francés también se interesaba entonces por la arqueología urbana de Dénia.

«Lo que más llamaba la atención era su modestia. En las excavaciones, no se daba importancia. Pero estaba pendiente de todo. Acertó totalmente en sus investigaciones», recalcó Gisbert.

«Fue un pionero, un ‘outsider’. Arrojó una nueva perspectiva. Hasta entonces el mundo medieval se conocía por la investigación documental. Él consideraba también fundamental la arqueología. Ha formado a muchos arqueólogos que han incorporado su metodología», añadió Joan Mateu.

El mejor homenaje es volver al terreno, a los escenarios de la historia verdadera; volver a los despoblados y al paisaje de un al-Andalus despojado de la mítica y el oropel.

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