La Guardia Civil le detuvo mientras preparaba las maletas para huir. La Audiencia de Alicante juzgará la próxima semana a un empresario kuwaití acusado de violar en tres ocasiones a la canguro que tenía en su chalé de Calp para cuidar de sus hijos durante ese verano. La Fiscalía le acusa de tres delitos de agresión sexual y un delito leve lesiones, por lo que reclama la pena de 13 años y seis meses por cada violación, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. La suma es de 40 años y seis meses de prisión, más el pago de una multa de 900 euros por la lesiones que sufrió la víctima en una de las violaciones. La Fiscalía de Alicante reclama una indemnización de 30.000 euros para la mujer en concepto de los daños morales; así como la prohibición del acusado a contactar con ella de cualquier manera durante 23 años.

Los hechos ocurrieron durante el verano de 2019 y el acusado permanece en prisión desde el 13 de septiembre de 2019, después de que la víctima huyera de la casa pidiendo ayuda. La mujer es una joven inmigrante que había entrado a trabajar en casa del acusado como canguro de sus hijos de 5 y 8 años de edad. Según denunció en su día la víctima, el empresario se aprovechó de que ésta se encontraba en situación irregular en España y la chantajeó para que trabajara en su domicilio sin cobrar a cambio de conseguirle la regularización. Una regularización que nunca llegó y por la que siguió en la casa, donde en tres ocasiones habría sido agredida sexualmente por el acusado.

30.000 EUROS. La indemnización pedida para la víctima por los daños morales El Ministerio Público reclama una indemnización de 30.000 euros para la víctima por los daños morales.

La joven entró a trabajar en la casa en julio de 2019. Según el escrito de acusación, la primera de las violaciones habría ocurrido el 12 de agosto de 2019 cuando la víctima estaba en su habitación. El hombre entró en la estancia con un bote de crema lubricante en la mano exigiendo tener relaciones sexuales con ella. La Fiscalía relata que se inició un forcejeo, mientras ella le decía que no lo hiciera, que aún era virgen y que le iba a arruinar la vida porque ella es musulmana. Súplicas que no sirvieron para nada, ya que el procesado consumó la violación sobre la cama mientras la amenazaba de muerta, agarrándole del pelo con una mano y con la otra tapándole la boca para que no gritase, siempre según el escrito de acusación.

LAS CIFRAS 13,5 AÑOS. La pena reclamada por cada una de las agresiones sexuales La Fiscalía reclama una penas de 13 años y seis meses de cárcel por cada una de las tres agresiones sexuales denunciadas por la víctima.

La segunda de las agresiones sexuales ocurrió dos semanas después, de manera muy similar a la anterior. El acusado entró en la habitación exigiendo mantener nuevamente relaciones sexuales con ella. Nuevamente las súplicas de la víctima no impidieron que la agresión sexual se consumara en medio de amenazas de muerte.

Fue la tercera violación la que desencadenó la fuga de la víctima de la casa. El 12 de septiembre el acusado entró en el dormitorio a las siete de la madrugada con el bote de lubricante. Mientras se producía la agresión, la mujer consiguió zafarse del procesado y encerrarse en el cuarto de baño. Un poco más tarde, al tratar de salir a la calle, el agresor la cogió del brazo y del cuello y la arrojó al suelo, donde la golpeó, arrastrándola del suelo mientras la agarraba del pelo. La mujer consiguió finalmente liberarse y salir a pedir ayuda. En un primer momento fue atendida por agentes de la Policía Local de Calp y posteriormente presentó denuncia ante la Guardia Civil.

Intento de huida

En el momento en que los agentes se presentaron en el chalé, el hombre estaba metiendo las maletas en el coche para huir. Desde ese momento, permanece en prisión preventiva a la espera de juicio.

Los partes médicos reflejan que la víctima presentaba varios hematomas y erosiones sufridos durante el forcejeo. En las otras dos ocasiones anteriores no hay constancia de las lesiones que pudo sufrir, ya que la mujer no acudió a ningún centro médico después de la violación. Según declaró en su día ante los agentes que la atendieron porque tenía miedo de que el hombre cumpliera sus amenazas de matarla. De hecho, los médicos la han diagnosticado un trastorno de estrés postraumático de intensidad grave, como consecuencia de los momentos de terror vividas. Tras los hechos, la víctima fue trasladada a un Centro Mujer 24 horas para tratar de recuperarse.

Compra de silencio

Durante la investigación trascendió que la familia del empresario habría tratado de comprar su testimonio, enviando mensajes a su teléfono móvil justo cuando se encontraba en el juzgado relatando lo sucedido, tal como publicó en su día este diario.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha señalado tres días de juicio para la próxima semana, desde el 4 al 6 de mayo.